La Guerra Civil en Sevilla. Antecedentes. Frente Popular. 18 de julio, editado por Guadalturia, es el nuevo libro de Nicolás Salas, fruto de una dedicación de 40 años y que contiene casi 1.200 imágenes hasta ahora inéditas y 27 prolijos capítulos. En este "enciclopédico" volumen, que el autor considera "pionero en la historia de España" por su empleo de los testimonios orales, ha tratado de compilar una "memoria completa" -desde su punto de vista "sin paliativos" ni "matices ideológicos"- del clima "incendiado" que precedió a la contienda y de las tragedias que ocurrieron no tanto en la retaguardia, un apartado en el que el escritor y periodista, colaborador de este periódico, cree que existe un "vacío documental".

Salas recopiló en Sevilla experiencias de testigos y descendientes de personas implicadas en la explosión de la guerra, pero también recorrió durante 10 años hasta 40 pueblos de la provincia. Gracias a este periplo ha ganado "amistades entrañables" con gente que calificó de "heroica" y "ejemplar" y, sobre todo, ha conseguido construir una visión de la guerra que "no falsea la historia", un documento, dijo, "para las generaciones siguientes".

El prolífico autor presentó ayer este libro en el Salón Almirante del Real Alcázar, donde pronunció una conferencia titulada La tradición oral como fuente de la investigación histórica. En ella resumió algunas de las ideas fundamentales que contienen sus páginas, y adelantó algunos de los hechos "inéditos" que demuestra su trabajo. Por ejemplo, el intento por parte de milicianos de "volar" el embalse de Cala antes del 18 de julio, un plan que de haber salido bien, apunta, "hubiera sido cuatro veces peor que [la inundación de] el Tamarguillo" y habría dejado Tablada "hecha un mar". El viaje a Sevilla de "una columna de mineros de Castilleja" con el objetivo de "volar la Giralda, los puentes, la Plaza de España y la Catedral", propósito impedido por una patrulla de guardias civiles en La Pañoleta (Camas). O los retratos de un "regimiento legendario", compuesto, a su juicio, por gente llena de "heroicidad", que pegó en la Plaza Nueva "el primer cañonazo de la guerra". Éstas son tres de las aportaciones de Salas a la ingente historiografía sobre la Guerra Civil, pero su intervención tocó otros puntos.

Recordó también la gestión de la posguerra por parte de los vencedores: la "terrible represión", "fomentada" en su opinión por la Iglesia, que "idiotizó a la mitad de España y tiranizó a la otra". De hecho, añadió, el nacionalcatolicismo fue una "exportación" de Sevilla al resto del país. También denunció lo "inexplicablemente maltratada" que fue la capital andaluza por parte de Franco, a pesar de que sin Sevilla, sin el triunfo del general Queipo de Llano, "no habría sido posible el alzamiento militar".

Ahora el autor, valenciano de nacimiento pero afincado en Sevilla la mayor parte su vida, prepara una nueva aproximación a este episodio crucial del siglo pasado, una aproximación de nuevo bajo el prisma hispalense y titulada, según anunció, Sevilla, cuna del nacionalcatolicismo y del antifranquismo.