Sevilla

Ingeniería aeroespacial para curar

  • Un equipo de traumatólogos del Virgen del Rocío y de ingenieros de la Universidad de Sevilla utiliza sistemas aeroespaciales para avanzar en tratamientos quirúrgicos que mejoran la recuperación del paciente

Un equipo de traumatología del Virgen del Rocío ha encontrado en la tecnología aeroespacial y en la ingeniería mecánica una alianza perfecta para diseñar nuevos tratamientos, menos agresivos, que favorecen la recuperación de los pacientes que requieren una intervención quirúrgica en la pelvis, una de las zonas más complicadas para un traumatólogo.

A través de sofisticados sistemas que se utilizan en la construcción de aviones, los especialistas del Virgen del Rocío evalúan la eficacia de una nueva terapia quirúrgica mínimamente invasiva cuyos primeros resultados son alentadores. Los traumatólogos colaboran con ingenieros de la Universidad de Sevilla y con el Centro Avanzado de Ingeniería Aeroespacial (Catec), donde desarrollan los experimentos. "Este proyecto puede suponer un antes y un después en traumatología, ya que permitirá aplicar un nuevo tratamiento, que consiste en técnicas de mínima invasión, a los pacientes", explica Miguel Ángel Giráldez, traumatólogo en el Virgen del Rocío.

Durante dos años y medio, un equipo multidisciplinar liderado por Pedro Cano Luis, responsable de Traumatología en el Virgen del Rocío; Alfredo Navarro, catedrático del departamento de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Sevilla; y Miguel Ángel Giráldez, coordinador de investigación de Traumatología, ha desarrollado el ensayo biomecánico para poner a prueba la nueva terapia, que ya ha generado dos tesis doctorales y una patente. Los primeros resultados, que son positivos, serán publicados en una revista científica de impacto internacional.

El proyecto se ha centrado en comprobar el resultado de la cirugía mediante la aplicación de un sistema denominado Pontos que se utiliza para realizar mediciones y pruebas en el fuselaje de los aviones. Los experimentos han consistido en practicar la nueva técnica quirúrgica en cadáveres, que fueron adquiridos en EEUU. Después, "mediante dos cámaras y los sensores del sistema Pontos hemos comprobado, en los cuerpos, los resultados y son buenos", añade.

Hasta la fecha, la cirugía mínimamente invasiva para operar la pelvis sólo se ha practicado en el Virgen del Rocío a pacientes para los que no existía otra alternativa terapéutica. Se trata de personas que han sufrido un grave accidente de moto o de coche y que han requerido de varias intervenciones. "El delicado estado de estos pacientes impide realizar la cirugía convencional y por ello hemos aplicado en diez ocasiones la nueva terapia", añade Giráldez. En la cirugía convencional el cirujano tiene que abrir el abdomen unos 10 centímetros, mientras que en el nuevo tratamiento los traumatólogos sólo realizan dos pequeñas incisiones de medio centímetro. Mediante agujas, el especialista coloca unos tornillos especiales en la fractura para reparar el daño. Para ello, el traumatólogo se guía por varias imágenes captadas por rayos X. Se trata de una operación muy complicada pero que beneficia de manera importante al paciente ya que se reducen los riesgos, la morbilidad, las hemorragias, el dolor, la posibilidad de infecciones. Además, la recuperación es más rápida. Ante estas ventajas, uno de los objetivos de los traumatólogos del Virgen del Rocío es aplicar esta técnica a todos los pacientes que lo precisen. Y para ello iniciaron el proyecto de investigación que ahora culmina.

La necesidad de dar respuesta a pacientes con complicaciones ha motivado, de esta manera, al equipo del Virgen del Rocío a dar un paso más para aplicar el nuevo tratamiento de manera generalizada, a partir de 2011.

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