Cine

Vacaciones en familia, 4 de julio

Niños grandes. Comedia familiar, EEUU, 2010, 100 min. Dirección: Dennis Dugan. Guión: Adam Sandler, Fred Wolf. Fotografía: Theo Van de Sande. Música: Rupert Gregson-Williams. Intérpretes: Adam Sandler, Kevin James, Chris Rock, Salma Hayek, Maria Bello, Rob Schneider, David Spade, Maya Rudolph, Steve Buscemi.

La inmadurez del hombre blanco adulto es el tema por excelencia de la nueva comedia norteamericana, de Resacón en Las Vegas a Jacuzzi al pasado, de Virgen a los 40 a Funny people, de Hermanos por pelotas a Todo incluido. Nadie mejor (tal vez Will Ferrer) que Adam Sandler para ponerle rostro y prestarle cuerpo (en calzonas) a este personaje recurrente, eterno niño grande que lucha denodadamente por escapar de las obligaciones de la vida adulta (o al menos aparcarlas a un lado momentáneamente) con sus irrefrenables impulsos gamberros y su tendencia al desmadre (a la americana).

Dirigida por Dennis Dugan (Un papá genial, Os declaro marido y marido, Zohan, licencia para peinar), su cómplice habitual al otro lado de la cámara en la vertiente más blanda y autorizada, Niños grandes multiplica la fórmula al juntar a cinco de estos eternos inmaduros (Kevin James, Chris Rock, Rob Schneider, David Spade), ya casados y con sus respectivas familias, en un fin de semana en el campo que servirá para poner a prueba su capacidad de adaptación a los patrones de la vida adulta y, sobre todo, su nostalgia por tiempos pasados.

El proceso pasa, claro está, por jugar con los tópicos de la diferencia de sexos (ellas son maduras y responsables, ellos no), por rememorar la feliz adolescencia y por sentar las bases de una relación entre padres e hijos que, a la postre, perpetúe el Síndrome de Peter Pan y ciertas sanas costumbres varoniles en las generaciones venideras.

Con este planteamiento básico, Niños grandes confía su efectividad a la singularidad de los tipos caricaturescos dentro de la dinámica de grupo (multicultural, por supuesto) y a la confianza en una serie de gags de humor blanco (del tipo mearse en la piscina, golpearse contra cualquier cosa, reírle la gracia a los pedos de la abuela…) que atemperen el vitriolo pensando siempre en un público familiar y bien avenido. Que el fin de semana en cuestión sea el del 4 de julio no deja de tener su lógica patriótica.

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