OCIO Tres planes en Sevilla para el fin de semana

Cofradias

Cachorro: La eterna lucha por la vida

  • La Sala Joaquín Turina acoge el próximo martes el estreno de la nueva película realizada por Carlos Colón y Carlos Valera.

El Cachorro al que la cruz no puede retener, el de la leyenda del gitano, el de la humilde ermita que sobrevivió a la poderosa Cartuja, el de la Virgen dulce, el de las iglesias que huelen a alhucema y cisco picón, el de la calle Castilla, el Altozano, el Puente de Triana, la Magdalena o el Postigo; el de Núñez de Herrera, Laffón, Murube, Aquilino Duque y el de Carlos Colón y Carlos Valera. El próximo martes se estrena el nuevo largometraje Cachorro. Así mueren los hombres, un conmovedor canto audiovisual a una de las imágenes con más fuerza de la Semana Santa de Sevilla y a una de las tallas más importantes de la imaginería barroca universal. Colón y Valera vuelven a firmar otra obra maestra que no dejará indiferente a nadie, como no lo hace este portentoso Crucificado que lucha eternamente por la vida.

La película, que verá la luz en la Sala Joaquín Turina, está basada en las líneas que Carlos Colón, consejero editorial de Diario de Sevilla, dedicó al Cachorro en su Pregón de Semana Santa de 1996. "El Cachorro es el eterno choque entre agonía y ascensión, entre muerte y vida. La cruz ya no puede retenerlo. La materia tira hacia la tierra y el espíritu hacia arriba", explica cuando define al Cristo.

Durante un año largo y dos Semanas Santas, Colón y Valera han estado grabando la vida diaria de la hermandad. La cinta comienza con la leyenda del gitano tal y como la narra Núñez de Herrera en su novela. "Sevilla ha tenido que inventar una leyenda para explicar que la del Cachorro es la cara de un hombre muriendo. El triunfo del Francisco Antonio Gijón es que Dios está presente donde parece que Dios no está. El Cachorro puede llegar a ser pavoroso. Es la imagen más descarnada de la Semana Santa, pero al Cachorro se le reza. Representa el triunfo de Dios en el momento máximo de su derrota".

El Cachorro y su fuerza dominan toda la película. Colón y Valera han contrapuesto este patetismo con la dulzura de la Virgen del Patrocinio. "Nos ha permitido crear un nicho delicado y amable para la Virgen que se contrapone a la dureza del Cristo. Es la compañía perfecta para el Cachorro". Un sello de identidad de las películas que han rodado ya es el completo estudio que hacen a las imágenes. En el caso del Cachorro va todavía más allá, para lo que han tenido que superar los problemas que planteaba la iluminación, aunque la dirección fotográfica de Carlos Valera lo ha logrado con creces. Los planos realizados con cabeza caliente son desgarradores. "Los matices del Cristo son inagotables, como el de todas las grandes obras de arte. Es muy duro, durísimo. Hay un plano de los ojos... pero al mismo tiempo tiene un perfil dulce. Hay veces que parece que está orando". En la película se insiste en que las tres grandes devociones de la ciudad son el Gran Poder, la Macarena y el Cachorro. "Un par de veces aludimos a ellas".

El guión y los textos de la película son de Carlos Colón, aunque también se recogen los ya citados de Núñez de Herrera, Romero Murube, Rafael Laffón, Aquilino Duque o un texto de San Juan de Ávila sobre los Dolores de María. La locución corre a cargo de Antonio García Barbeito, salvo el poema de Aquilino Duque que lo narra él mismo. Las fuentes musicales son muy diversas. Suenan marchas en directo: Nuestra Señora del Patrocinio, El Cachorro, Saeta Sevillana o Cachorro; y también hay composiciones de Penderecki, Messiaen, Bernard Herrmann, Turina, Philip Glass o una copla de Imperio Argentina.

La Triana del Cachorro, que es muy peculiar, tiene mucha presencia en la película: "Hay un canto a Triana. El Cachorro es una hermandad muy vinculada al barrio. En Triana el hecho religioso tiene un sentido muy familiar y eso queda reflejado". Colón y Valera han dispuesto de un amplísimo archivo fotográfico desde el siglo XIX hasta los años 60 que les ha servido para plasmar esta vinculación con el barrio: "El carácter interclasista de la hermandad y de Triana está muy bien reflejado en esas fotos. Te conduce a la idea de que no es una cofradía de perfil burgués. Hay personas muy diversas y ésa es la riqueza devocional del Cachorro". Este amplio espectro de hermanos se visualiza también en la sección dedicada a los grandes hermanos del Cachorro que desmenuzan muy bien el día a día de la hermandad. "Ellos hicieron posible, por ejemplo, el encargo del Cristo".

El Cachorro siempre ha permanecido en el mismo lugar. Hoy en su flamante basílica y antes en la pequeña ermita del Patrocinio que estaba cerca de la potentísima Cartuja, que desapareció con los siglos, permaneciendo intacta la devoción al Cristo de la Expiración. "En la lucha por la vida del Cachorro, morir es dejarse vencer por ti", resume Colón.

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