Cofradias

De Cadaqués a San Lorenzo

  • Elena Rumeu Milá es prima del pintor Salinas y sale de nazarena en Santa Cruz. Claude de La Prade toma todos los días café en El Sardinero y se va a ver al Gran Poder. Se conocieron en Cadaqués, cuna de Dalí, y son socias de una empresa de 'marchand' de arte.

Claude Arabeyre de La Prade llega todos los días a la plaza de San Lorenzo, toma un café en El Sardinero y entra a ver al Gran Poder. Hoy verá la plaza llenarse con las imágenes de Jesús ante Anás y la Virgen del Dulce Nombre. "¡Qué nombres más bonitos les ponen a las Vírgenes en Sevilla!". No estaba escrito en el guión de su vida que viviera esta fascinación. Nació en Fez, Marruecos, hija de un diplomático y militar francés que luego tuvo destinos en Rabat y Dakar, capital del Senegal. Conoció su país por Toulouse, donde estudió y paseó por la avenida Antonio Machado. "De vacaciones, íbamos muchas veces a Colliure".

La vinculación de Claude con la Semana Santa de Sevilla nace, aunque parezca mentira, en Cadaqués, la patria chica de Salvador Dalí, pintor al que trató en París. En ese pueblo gerundense conoció hace unos 30 años a Elena Rumeu Milá, barcelonesa de 1956, con la que hace un cuarto de siglo se estableció como socias de la firma De Arte de la Riba Internacional, de gran reputación en el panorama de los marchands.

Elena es prima hermana del pintor sevillano Manuel Salinas. El viernes acudió con él a la solemne entrega en la iglesia de la Anunciación de la Verónica que el artista abstracto ha hecho para la Hermandad del Valle. Los Salinas de Barcelona nunca perdieron el contacto con los Salinas de Sevilla. Un vínculo con raíces históricas. "Mi abuelo, José María Milá Camps, un hombre muy importante en la Barcelona de su tiempo", cuenta Elena, "salió huyendo en la guerra y encontró refugio en Sevilla". Una de sus hijas, María Asunción Milá, encontró aquí al amor de su vida, el padre de sus doce hijos. El pintor es el mayor. Darío Rumeu, tío de su padre, fue alcalde de Barcelona.

Claude y Elena viajan por el mundo entero viendo cuadros y coleccionistas. "Sus nombres no los podemos decir", dice Claude, "hemos visto cuadros de muchísimo valor en cajas fuertes de la zona franca de Ginebra". La Semana Santa es una manifestación de arte en la calle. "Yo le tenía miedo a lo folclórico", dice la francesa, "pero no he encontrado nada folclórico. Me ha sorprendido la devoción de la gente, la preparación de esta manifestación de fe".

Tienen oficinas en Barcelona y Cadaqués, pero Sevilla es la tercera pata de su empresa en común. "Sevilla a mí me ha robado el corazón y a Elena también, a Elena sobre todo". La prima del pintor sale desde hace tres años con la hermandad troncal de la familia Salinas, Santa Cruz. "El año pasado no pude salir por la lluvia". Martes Santo repartido entre el esplendor de la Bofetá en San Lorenzo y la sobriedad de la calle Mateos Gago.

Los Salinas son muy familieros. "Somos cuarenta primos por lo menos y siempre convivíamos en el jardín de la casa familiar en Esplugues de Llobregat". La madre de Elena y la madre del pintor son hermanas del padre de los periodistas Lorenzo y Mercedes Milá. Ella, en sus inicios procesionales, trabajó en El Correo de Andalucía cuando lo dirigía José María Javierre, un cura periodista que fue pregonero de la Semana Santa.

La prima del pintor apunta un antes y un después. Muy en concordancia con el abrazo que la vida y la  muerte se dan en esta Pasión según Sevilla, aunque conocía la ciudad de visitas escolares o familiares, se queda atrapada por otro motivo. "Vine al funeral de mi tío, el padre de Manuel, y el hechizo pudo conmigo". Claude conoció a Dalí como artista, "aunque le gustaba epatar, gritaba, saltaba, era un creador excepcional. Como pintor era único, pero escribiendo tenía un estilazo". Elena lo conoció como vecino. "Veranéabamos en Cadaqués y cuando yo tenía 7 años mi padre me daba algún paquete para llevárselo a su casa y me asustaba con los bigotes de aquel hombre".

De Fez a Sevilla pasando por Toulouse. Con un café en El Sardinero. Claude, compatriota de Bernanos, es muy del Cachorro y de la Soledad de San Lorenzo. Le han encargado a Pepe Contreras una reproducción de la última Virgen que procesiona en la Semana Santa sevillana. Hablamos de nexos pictóricos entre Sevilla y Marruecos: de Ahmed ben Yessef, que tuvo su estudio muchos años muy cerca de Santa Cruz, o de Rolando Campos, que murió en Asilah, ciudad del litoral marroquí donde había ido a dibujar con otros amigos pintores.

Claude y Elena, las socias de Cadaqués, sueñan despiertas en Sevilla. "Es muy fuerte lo que pasa aquí". Se reparten emociones: la noche del viernes, Elena acompañó a su primo a ver la bajada de la Virgen del Valle en la iglesia de la Anunciación. Claude, la hija del diplomático, se quedó haciendo guardia en el Gran Poder.

La marchand francesa vio construir el museo-teatro de Dalí en Figueras y conoció a Picasso en la costa Azul. "Era malagueño o francés depende de con quién hablara". Están en una ciudad que fue cumbre en la historia de la pintura. "Aquí hay cosas muy bonitas. Por desgracia, la gente necesita dinero y quiere vender". Una de sus sorpresas más agradables ha sido descubrir los tesoros del Museo de Bellas Artes, edificio matriz de una hermandad sevillana. Le duele que muchos sevillanos no lo conozcan "pero por mi oficio, me indigna que amigos míos vinculados con el mundo del arte hayan venido varias veces por Sevilla y nunca se hayan pasado por el Museo".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios