Elegancia sobria sin movimiento en la Magdalena

La Quinta Angustia

El paso de misterio lució tonos dorados inéditos tras la restauración reciente

Los pies de las figuras de José de Arimatea y Nicodemus bajando a Cristo de la cruz se recortan entre el público de  Rioja.
Los pies de las figuras de José de Arimatea y Nicodemus bajando a Cristo de la cruz se recortan entre el público de Rioja.
A. S. Ameneiro

02 de abril 2010 - 01:00

Algo le faltaba al paso de la Quinta Angustia sin el movimiento del Señor que lo caracterizaba. Aunque no sea nueva esta circunstancia, es cierto que el efecto de las bisagras sobre la figura de Jesús, muerto en la cruz, impresiona algo menos si éstas no se mueven. Aun así, el conjunto artístico sigue conservando la elegancia sobria y el equilibrio visual, y su contemplación lleva al espectador al recogimiento en plena calle. La tristeza del rostro de la Virgen mirando a su hijo muerto conmueve. En un día perfecto y despejado como el de ayer, la luz de la tarde ya caída colándose por los huecos de la espadaña de la Parroquia de la Magdalena añadían más espectacularidad a la escena. Faltaban pocos minutos para llegar a las ocho de la tarde.

Antes de la salida del paso, que lucía un crespón negro en la delantera, tuvo lugar un pequeño incidente cuando el sudario se rompió al quedar enganchado en la corona de la Virgen.

En la bulla que esperaba en los alrededores de la Magdalena, un niño pequeño lloraba con insistencia y un gran berrinche porque quería que alguno de sus padres lo alzara para ver a los penitentes morados madero al hombro. A pocos metros, Alicia, una joven cofrade enamorada del centro, comentaba la paz que le transmite el rostro de esta figura de Jesús, obra de Pedro Roldán del XVII, y añadía con nostalgia que prefería el color oro viejo de la antigua canastilla del paso a los dorados más intensos que ahora ha sacado la reciente restauración que se estrena precisamente esta Semana Santa.

Cuando el misterio se perdió en la carrera oficial, Magdalena y sus hijas Laura y Sofía, vecinas de Los Remedios que acaban de mudarse con dolor al barrio de Los Bermejales, expresaron la impresión que les causa ver cada año la Quinta Angustia. "Es un paso impresionante, serio, con imágenes preciosas y un Cristo divino. Para mí es el más completo de la Semana Santa, junto con La Carretería", explica.

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