Una radiografía de la calle Feria, una de las vías más cofradieras de la ciudad, da para mucho un Miércoles Santo mientras sale la Hermandad del Carmen Doloroso. Diferentes estampas que componen un lienzo cuyo motivo central es la cofradía. Dispuestos en ese mismo cuadro se puede contemplar a un grupo de comensales que ven, montadito y botellín en mano, la salida de la corporación a través del privilegiado ventanal de un bar que da al lateral de la parroquia de Omnium Sanctorum.

Otro foco secundario serían los vendedores ambulantes del mercadillo del Jueves que, aunque es miércoles, intuyen la revirá de los pasos para enfocar la calle Correduría mientras tratan de colocar sus mercancías entre los despistados turistas que huyen ávidos de nazarenos. Los placeros del mercado forman la esquinita de un lienzo que también está salpicado de toda una serie de personajes (autóctonos de la zona) que pululan sin un rumbo definido y que, en algunos casos, maldicen en voz baja al policía de turno cuando les conmina a buscar un camino alternativo para llegar quién sabe a dónde.

En el centro de este cuadro se sitúa la hermandad. Sus nazarenos con escapularios carmelitas, la representación del Santo Ángel, con el padre Dobado al frente, la de la Marina, con sus trajes de gala, el alcalde de San Fernando y, por supuesto, los pasos del Señor de la Paz y la Virgen del Carmen en sus misterios dolorosos.

La salida de los dos pasos es un auténtico ejercicio de precisión que ejecutan con maestría los hermanos Gallego, que son Manuel, Miguel y Alberto, quienes el martes cortaron las dos orejas y el rabo -son ya muchos años saliendo por la Puerta del Príncipe de San Lorenzo- en la Hermandad de la Bofetá.

El paso de misterio, que este año estrenaba unas cartelas dedicadas a santos sevillanos, va cogiendo solera con los años. Lejos quedan ya aquellos Viernes de Dolores de gratos recuerdos. La salida de la Virgen es de las más complicadas. Engaña la puerta de Omnium Sanctorum. Los hombres de los Gallego tuvieron que hacer un gran esfuerzo. Prueba superada. La visión de la Reina de Todos los Santos en el altar mayor pone la mejor rúbrica al lienzo carmelita.