La Madrugada de 2015 se presenta como la más incierta de los últimos años. Este jueves se reúne la junta local de seguridad y no se puede afirmar al 100% que vaya a dar su visto bueno a los itinerarios y horarios aprobados el pasado domingo en el Cabildo de Toma de Horas. El pasado martes esta nueva configuración fue puesta sobre la mesa en la reunión celebrada por el Cecop. Ahí ya surgieron dudas más que razonables para su aprobación, las mismas que se vislumbran en muchos de los cofrades cuando se les pregunta.

Es difícil, muy difícil, la papeleta. Los técnicos no ven nada claro un acuerdo que ha sido asumido a regañadientes por alguna hermandad, como la Macarena, que no ha dejado de advertir su preocupación por la seguridad de su cortejo o de los cruces entre las hermandades. Es ésta una de las cuestiones que más preocupan, hasta el punto de que el Ayuntamiento haya exigido a las hermandades que cumplan escrupulosamente sus horarios para garantizar el buen discurrir del plan de seguridad.

Vaya por delante que ninguna cofradía sale a la calle con la intención de dejar retraso, máxime en una jornada, como la Madrugada, en la que cualquier imprevisto de este tipo tiene una incidencia muy negativa en el resto. Pero, ¿qué pasaría si estos retrasos se producen porque las hermandes del Silencio, el Gran Poder (que siempre debería volver por su recorrido natural) y la Macarena -una detrás de otra- no caben literalmente en el recorrido previsto? Puede que el Silencio tenga que esperar un buen rato en la esquina de Trajano con San Miguel a que pase la Macarena, aunque ésta cumpla escrupulosamente el horario. ¿Y qué sucederá si el palio de la Virgen de la Esperanza no puede llegar hasta ese punto porque las cofradías no pueden andar? ¿Se pondrán los nazarenos de ruán de a tres para ganar espacio?

Otro de los cruces que preocupa es el que se producirá en la Plaza de la Encarnación entre los Gitanos y la Macarena: ¿Y si el cortejo de la Macarena no puede continuar y el palio no puede salir de la Catedral, con el consiguiente perjuicio para las hermandades que están discurriendo por la carrera oficial? ¿Tendrán que ser los nazarenos de los Gitanos los que este año vayan en manifestación para dejar el espacio libre?

Éstas y muchas otras dudas quedan todavía en el aire y pueden provocar auténticos problemas en la Madrugada. Si esto se produjera: ¿Quién o quiénes serían los responsables? ¿Y si al final, a dos semanas justas, hubiese que volver a los itinerarios de 2014?

Las respuestas están cada vez más cerca.