Cofradias

Prevenir para no curar

Siete días en la gloria pero que pueden ocasionar algunas molestias si no se toman las oportunas precauciones. Los pies y la espalda suelen ser las zonas del cuerpo que más se resienten de las largas caminatas en Semana Santa. También es muy importante la dieta. Gracias a los consejos de un médico de familia, un traumatólogo y una podóloga, los nazarenos, costaleros y el público que disfruta de las hermandades en la calles o en las sillas podrán pasar una Semana Santa sin sobresaltos ni molestias.

"La columna vertebral, las rodillas, los tobillos y los pies, son las articulaciones que más sufren a la hora de ver cofradías en la calle", explica Jesús Rodríguez Gálvez, doctor en Medicina y Cirugía, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y Estrategia Naos. Este médico, que además fue durante nueve años hermano mayor de la Bofetá, recomienda utilizar una vestimenta holgada. Uno de los consejos principales, que difícilmente es aceptado por los capillitas más acérrimos, es  acudir a los sitios sin prisas: "Así evitamos la ansiedad y el nerviosismo  que nos provocarían contracturas musculares y que, además, aumenta la sensación de hambre". Las personas que ven los pasos en la calle también deben rehuir las bullas, sobre todo al sol, para evitar mareos y lipotimias. "En los parones hay que relajar los hombros y el cuello, mover los pies y ponerse de puntillas, para estimular el retorno de la circulación venosa, y para no enfriar las articulaciones y evitar hipotensiones ortostáticas (bajada de tensión arterial)". Las comidas deben ser ligeras, "aunque la cena puede ser más abundante", y hay que hidratarse constantemente.

Los nazarenos deben hacerle unos agujeros al capirote, "para evitar el aumento de temperatura de la cabeza", y mover el antifaz para regenerar el aire. Algo muy importante es no acudir a la estación de penitencia en plena digestión. "La última comida debe ser tres horas antes". Algo fundamental en los nazarenos es que no deben tomar alimentos que produzcan gas, sed, o digestiones pesadas: "Especialmente los nazarenos de esparto ancho, ya que el abdomen no se distiende en horizontal y el gas, al subir y comprimir el diafragma, dificulta la respiración, lo que, sumado al antifaz, da sensación de agobio y malestar". El galeno recomienda llevar barritas energéticas o plátanos, además de hidratarse bien.

Los costaleros realizan un ejercicio físico importante. El traumatólogo Ricardo Mena, especialista en columna, asegura que lo primordial es un buen entrenamiento: "Deberían estar habituados a ello para tener una buena musculatura, algo que protege mucho la columna de las lesiones. También es fundamental que la faja y el costal vayan bien puestos". Las lesiones más comunes son las cervicales y lumbares por sobrecargas. "A veces también las rodillas, que soportan mucho peso". Mena recomienda para los nazarenos que se pongan una faja sino llevan un esparto que les sujete, "sobre todo los que tengan lesiones previas". Para los nazarenos con alguna lesión también es recomendable descansar unos minutos en la Catedral.

La vestimenta es muy importante también para los costaleros. Rodríguez Gálvez recomienda:  "Camiseta transpirable, zapatillas deportivas; y si usan las alpargatas tradicionales,  utilizar tobilleras, además de la faja correspondiente". La alimentación es igualmente importante. Desde unos días antes hay que regirse por la dieta mediterránea.  Para el día de salida es mejor no comer desde unas cinco horas antes. En los relevos es recomendable hidratarse con bebidas isotónicas o agua abundante. También está bien tomar barrita energéticas o plátanos. En cualquier caso, hay que evitar el alcohol. "Al llegar a casa, una ducha para enjabonar bien el cuello, y al final, aplicar agua fresca en los miembros inferiores. En caso de erosión en la piel de la cervix (morrillo), poner Betadine y nunca pomadas, que lo macerarían", concluye el doctor Rodríguez Gálvez.

Para el cuidado de los pies, la podóloga Aurora Castro recomienda cambiar de zapatos cada día: "Debe tener un tacón fisiológico, de no más de tres centímetros para las mujeres y dos para los hombres. Deben ser estables, mejor de piel y sin costuras interiores". El lavado diario y un buen masaje son muy recomendables. La crema hidratante alivia el sufrimiento. "Los masajes y mantener los pies en alto ayudan a reactivar la circulación". Otra opción es aplicar unos baños de contraste, alternando los pies en agua templada y fría, nunca caliente, unas siete u ocho veces durante 10 segundos.

La podóloga recomienda, para evitar males mayores, acudir siempre a la consulta profesional con antelación, "especialmente los grupos de riesgo, como personas con diabetes y problemas neurológicos o vasculares".

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