Cofradias

Viernes de vía crucis y visita al Cautivo

  • La Casa de Pilatos acogió un año más el rezo de las estaciones de la Pía Unión, que este año ha estado presidido por el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra

El primer viernes de marzo está marcado en rojo en el calendario de las hermandades y cofradías, que celebraron en la jornada de ayer multitud de actos y cultos. Desde el Vía Crucis de la Casa de Pilatos, al traslado a Santa Ana de la Esperanza de Triana para el septenario que comenzará mañana domingo. Miles de personas, muchas de ellas llegadas desde los pueblos de la provincia, cumplieron el rito de visitar al Cautivo en San Ildefonso, en la capillita del Carmen o en el Tiro de Línea. En San Antonio Abad Jesús Nazareno también recibió los besos en el talón de los fieles y devotos. El Nazareno, que luce la túnica conocida como "del delantal", estará expuesto también en el día de hoy.

Uno de los actos principales, sobre todo por ser el germen histórico de la Semana Santa, es el Vía Crucis de la Pía Unión que se celebra en la Casa de Pilatos. En los últimos años, el Consejo de Cofradías, que es quien se encarga de su organización, se ha esforzado por impulsar esta celebración que no cuenta con la participación masiva de los cofrades. Sólo por el marco en el que se celebra debería ser una cita obligada, pero se volvió a echar en falta una mayor implicación de las cofradías, cuyos hermanos mayores, la gran mayoría al menos, sí que acude a la cita.

En el ofertorio de la misa, oficiada por el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, juraron sus cargos el presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, y los nuevos consejeros. También los hermanos mayores que han accedido al puesto después de la Semana Santa pasada. El último en prometer obediencia fue Francisco Javier Segura Márquez, pregonero de la Semana Santa. El anterior presidente del Consejo, Adolfo Arenas, estuvo también presente.

Después de impedirlo la lluvia el año pasado, el Vía Crucis volvió a salir a la Plaza de Pilatos. El cortejo, como es habitual, lo abrió la Cruz de las Toallas de la Hermandad de los Negritos, seguida de los estandartes del Santo Cristo de San Agustín, de la Hermandad de San Roque y de San Juan de Ribera, de San Esteban. Después del estandarte de la Pía Unión se situó el obispo -portando el Santo Lignum Crucis- bajo palio.

En el Círculo Mercantil también se inauguró en la tarde ayer la exposición Un palio en el Arenal: Mayor Dolor en su Soledad, dedicada a la Hermandad de la Carretería. Permanecerá abierta hasta el domingo 10 y muestra la historia de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad, la Dolorosa documentada más antigua de la Semana Santa de Sevilla, desde su contrato de ejecución en 1629, hasta la estética actual de su paso, pasando por su primera salida bajo palio, en 1886. Hasta entonces formaba parte del misterio de las Tres Necesidades.

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