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Cofradias

La mantilla recupera apogeo

La crisis no ha hecho mella en las mantillas. El buen tiempo, garantizado desde el inicio de la Semana Santa, ha sido clave para que las sevillanas sacaran las mantillas a la calle desde bien temprano. El traje de luto y gala ha recuperado mucho del apogeo perdido en los últimos años como consecuencia de la sucesión de Jueves Santos con mal tiempo. Hay varios aspectos con los que se pueden sacar conclusiones definitivas tras vivir jornadas como la de ayer que demuestran que, lejos de ser una costumbre inmutable, su uso evoluciona al igual que otros ritos de la Semana Santa.

La mantilla comienza a ser prácticamente un patrimonio de las jóvenes sevillanas, por lo que ha quedado absolutamente atrás la creencia que es una prenda propia de señoras mayores. Esta tendencia en el hábito aseguraría la tradición para los próximos años. Su uso se ciñe a la jornada del Jueves Santo y aparece de forma muy residual en la del Viernes, un día en el que es recomendable llevarla sin excesivas concesiones de joyas. Vistos los últimos años, se prefiere lucir por las mañanas, en las correspondientes visitas a los templos de las cofradías del día y de la Madrugada, antes que por las tardes. Todo estos factores demuestran que la mantilla revive, recupera apogeo y quedan ya para la memoria aquellos años en los que su lucimiento cayó en picado al asociarse a personas de ideología conservadora. Ayer se vieron mantillas en el centro y en los barrios, en los palcos y en las sillas, en las plazas y en las calles, en personas mayores y en muchísimas veinteañeras, en concejales del PSOE (Nieves Hernández) y del PP (Amidea Navarro y María Eugenia Romero). La diversidad en todos estos aspectos es tanta como la blonda y el chantilly.

Lo que sí parece en desuso, paradójicamente, es su uso para asistir a los santos oficios, los principales cultos de la Iglesia Católica. Se han visto muchas mantillas en la calle, pero pocas en los templos y conventos. Cuestión de evolución.

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