El misterio de unos ojos

El Valle

El pasado 5 de julio se cumplió un siglo del incendio de la Virgen en el Santo Ángel

Mujeres de mantilla observan la salida por Laraña del paso del misterio del Cristo de la Coronación de Espinas.
Mujeres de mantilla observan la salida por Laraña del paso del misterio del Cristo de la Coronación de Espinas.
Juan Parejo

02 de abril 2010 - 01:00

Contemplar la Hermandad del Valle es un ejercicio de suma belleza que no puede dejar indiferente a nadie. Desde la cruz de guía al último músico de la banda del Maestro Tejera la cofradía pone en la calle un auténtico tesoro de la Semana Santa.

La cofradía es como el Jueves Santo: una belleza fugaz. Siempre hay más ganas de Valle, al igual que hay más ganas de Jueves Santo.

El público que se cita para ver a esta hermandad acude hasta la Anunciación en busca de una Semana Santa que muchos añoran. Una Semana Santa de medidas justas, sin alardes de costaleros, sin excentricidades de bandas, sin públicos incómodos, de cortejos en su justa medida y de un sabor inconfundible.

Este año se han cumplido cuatro décadas desde que la hermandad llegó a la iglesia de la Anunciación procedente del Santo Ángel. En el convento carmelita la corporación vivió un suceso que pudo ser una auténtica tragedia, pero que gracias a la rápida intervención de un hermano no pasó a mayores: el incendio de la Virgen.

El pasado 5 de julio se cumplieron 100 años de aquello. La Dolorosa se repuso al público el 15 de septiembre, festividad de los Dolores Gloriosos de la Virgen, el día 18 fue bendecida y el 19 se celebró una misa pontifical presidida por el arzobispo Almaraz y Santos, en la que se cantó la misa compuesta por Vicente Gómez Zarzuela dirigiendo él mismo la orquesta y los coros.

De aquel fuego nace la leyenda de los ojos verdes de esta incomparable Dolorosa, que en realidad son marrones. El efecto se produce porque en la restauración Gonzalo Bilbao le pinta los ojos con una película muy fina encima de los antiguos de cristal. Sólo se ven verdes en el paso por el efecto del azul del reflejo del cristal y el amarillo de la luz de la cera tan alta. Ahí está el misterio que un año más se volvió a repetir ayer. Salió la Virgen como siempre. A la vuelta será el momento de ir a buscarla para vivir momentos únicos de la Semana Santa antes de dejarla en su iglesia y prepararse para ir en busca de la Esperanza (Macarena).

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