Cómics

Me robaste el corazón

  • Tras la timidez de una persona puede encontrase un secreto que muy pocos han llegado a conocer…

Ilustración de portada.

Ilustración de portada.

Ella es una chica pizpireta, divertida, que asiste al instituto con su mejor amiga y confidente, la racional Leslie, que siempre trata de darle consejos a la alocada protagonista.

Y es que Ella bebe los vientos por una compañera de clase, Madeleine, una reservada muchacha que no se relaciona con nadie y de la que no puede apartar la mirada.

Como si un ser superior estuviera delineando sus destinos, la vida de estas dos chicas va a cambiar radicalmente cuando la casualidad haga su magia y, de manera inesperada, se conozca por fin en una fiesta.

Pero antes, por un motivo que no contaré aquí, Ella se encontrará registrando un armario en el que encuentra una gran cantidad de objetos que se lleva consigo, sin sospechar en ningún momento el origen de estos y por qué comparten el espacio en ese lugar.

Ya os decía antes que Ella y Madeleine se conocerán, y la magia del amor más absoluto aparecerá, convirtiéndose desde ese momento en inseparables. Es lo que tiene despertar con una terrible y que la chica de tus sueños llame a la puerta…

Todo irá muy bien al principio pero habrá algo, un hecho concreto que hará tambalearse esta relación, ya que Madeleine tiene una curiosa 'afición', por llamarla de alguna manera, una irrefrenable compulsión que tiene mucho que ver con esa 'colección' de objetos que Ella encontró, y que no quedará más remedio que devolver a sus respectivos propietarios.

Es por ello que las chicas trazarán un estudiado plan, en el que a través de las diferentes fiestas que se van a celebrar en las casas de los verdaderos dueños de los objetos, tendrán que volver a dejarlos en los lugares a los que originalmente pertenecen, cosa que no va a ser fácil, regalándonos momentos repletos de tensión.

Pero todo este argumento esconde una realidad muy gris, un trauma con el que Madeleine carga desde hace tiempo y que, por desgracia, se ha convertido en un hecho demasiado habitual en los colegios e institutos, haciendo que sus víctimas sufran en silencio.

Ladrona es una genial mezcla con la que nos vamos a reír debido a algunas situaciones, muchas de ellas tan reales como la vida misma, pero que guarda un importante mensaje en su interior, y que su autora, Lucie Bryon, plasma en las páginas con un estilo gráfico que tiene una gran influencia del manga japonés, y que la autora ha sabido adaptar a una narrativa occidental, desplegando una habilidad y originalidad en algunos momentos que convierten a este cómic en una autentica delicia visual para el lector o lectora.

Cómic este que “inaugura” en la editorial Nuevo Nueve una flamante línea de novela gráfica juvenil, buscando ese ansiado público que ansía historias dirigidos a ellos, aunque es también disfrutable, y muy recomendable, por lectores de otras edades, ya que en este caso la autora narra a la perfección las inquietudes, deseos, problemas y pensamientos de las jóvenes generaciones.

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