Deportes

Bajar primero al barro

  • La visita a Ipurúa, ante un rival con un estilo muy marcado, obliga a mantener un nivel alto de concentración antes de la cita de Manchester. El Sevilla sigue muy necesitado en la Liga.

Hay formas y formas de preparar un partido de fútbol. Evidentemente, el rival influye. El sistema de competición también, igual que la importancia de cada cita, sus consecuencias... El sevillismo vive en la calle todo lo que se acerca a la cita que los de Emery tienen en Manchester la semana que viene. Comentarios sobre que Agüero sea baja es una suerte, que la ausencia de David Silva está confirmada... Pero el técnico de Fuenterrabía y sus profesionales están fuera de esa onda. Concentrados en hacer recuento de efectivos, el objetivo está en Ipurúa, donde el sábado el Sevilla debe continuar recortando puntos para acercarse lo más pronto posible a su zona natural en la clasificación.

Y, lógicamente, con un rival enfrente con unas características tan marcadas como las que tiene el Eibar no puede prepararse de igual manera un encuentro que otro.

El cuerpo técnico, que este martes celebraba tener a su disposición a varios futbolistas que han limitado con sus ausencias el margen de maniobra de Emery en las alineaciones en un decepcionante arranque liguero, sabe que el equipo de Mendilibar no será un rival cómodo en la vuelta a la competición tras el segundo parón por los partidos internacionales. Convencido de que al Sevilla le tocará sufrir ante el Eibar, Emery no pierde ni un minuto en distracciones, mucho menos pensando en el glamour de una cita en Manchester que llegará y que está a la vuelta de la esquina, pero a la que aún no procede mirar. Para empezar, ni aun ganando en Ipurúa, el Sevilla superaría al Eibar en la clasificación. Los guipuzcoanos han hecho un inicio liguero más que elogiable y han sumado doce puntos en siete jornadas (cuatro más que los blancos) y sólo han conocido la derrota en una ocasión, ante el Atlético. El Sevilla, en cambio, ya ha mordido el polvo en tres partidos, una situación que en principio no estaba en la hoja de ruta a estas alturas de la temporada. El Eibar ha recibido pocos goles (6), casi la mitad que el Sevilla (11) y es un equipo que convierte los partidos en duelos poco agradables para los equipos que no sepan adaptarse al empedrado.

Bajar al barro es una expresión metafórica, pero que ilustra lo que los jugadores del Sevilla deben entender antes de comparecer en el terreno eibarrés, un mito en su época en Segunda División que ahora vive sus días más felices en la élite, aunque sin perder su estilo. Si los discípulos de Emery encararon de forma errónea, por ejemplo, la última visita a Las Palmas, el talante debe cambiar este sábado en una cita en la que habrá mucho balón por los aires y en el que el contacto estará más presente que en Manchester ante los de Manuel Pellegrini. El buen equipo de fútbol es el que sabe adaptarse a cada circunstancia y las del duelo ante el Eibar están muy marcadas.

En Ipurúa no sonará el himno de la Champions, pero estarán en juego tres puntos de una importancia capital para un equipo que va a contrarreloj en la Liga, la competición que alimenta los objetivos reales de un equipo que no puede permitirse más licencias. El Sevilla se quitó un peso de encima y respiró hondo cuando derrotó al Barcelona en el Sánchez-Pizjuán, pero no todo está hecho, ni mucho menos, y el del Eibar es uno de esos campos en los que está obligado a ganar.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios