El Sevilla ya conoce de primera mano que el Valencia quiere deshacerse de Banega, el centrocampista argentino que Unai Emery, técnico de los nervionenses, quiere para su equipo. El año de contrato que le queda, unido a los altos emolumentos que cobra el todavía jugador ché -alrededor de 1,5 millones de euros netos por temporada-, lo colocan en el disparadero de salida. De hecho, el centrocampista argentino no viajará hoy con el resto de sus compañeros a Manchester, donde los valencianistas disputarán un amistoso contra el United.

Con este movimiento se pretende acelerar la marcha del mediocampista. Incluso desde Valencia aseguran que el club comienza a ver con buenos ojos el pedir una cantidad inferior a la que inicialmente Rufete, director deportivo ché, trasladó a los rectores sevillistas en un primer acercamiento. Ésta era una cifra superior a los cuatro millones de euros, según confirmaron fuentes de la negociación, algo que en este momento se vería reducido de forma considerable.

Según se apunta desde la capital del Turia, los números de este traspaso podrían ser algo testimonial en comparación con lo que en su día pagó el Valencia por el jugador argentino -unos 19 millones-. El mero hecho de que el club se ahorre la ficha del jugador, una de las más altas del plantel , amén de que no cuente para el técnico valencianista, Nuno Espírito Santo, que incluso lo tiene apartado entrenándose en solitario junto a los otros descartes, hacen presagiar el cercano fin de este culebrón.

En el Sevilla sabían que tenían la sartén por el mango en el asunto Banega y el tiempo corría a su favor. Los acontecimientos que se suceden así lo demuestran.