Sin llegar a que los nervios empiecen a comerse las ideas, el cuerpo técnico cuya cabeza visible es Míchel trata de tapar las vías de agua con lo primero que pilla. No es para alarmarse, pues el Sevilla aún puede decirse que no se ha alejado de su objetivo en la Liga, pero los dos últimos resultados, una derrota en Zaragoza y un anodino empate en casa ante el Levante, provocan que las justificaciones ganen terreno en las comparecencias públicas del madrileño.

Irregularidad y efectividad fueron dos palabras empleadas ayer por el técnico para tratar de explicar lo que, en su opinión, le está faltando a su equipo, pero, sin nombrarla, también se refirió a la calidad -o a la falta de-, que, curiosamente, rima con las dos anteriores. Míchel habló de "poca pegada", de ocasiones falladas y de futbolistas que salen con la tensión de tener que sustituir a Negredo. El técnico defendió como pudo a un jugador que se ha puesto en el disparadero en los últimos partidos, el senegalés Babá, y dejó una frase contundente en el aire: "La efectividad no se entrena. O se tiene o no se tiene".

Míchel no cree que el Sevilla esté en una mala racha de juego. No lo comparte en absoluto y así se lo hizo ver a los periodistas. "Tuvimos un comienzo muy bueno y ahora los resultados son peores que el juego. Sin ser brillantes somos muchas veces acreedores de la victoria y siempre queremos más, cuando ganábamos también, pero aquí hay mucha igualdad", empezó comentando, apresurándose enseguida a afirmar que "los únicos resultados negativos merecidos han sido en Vigo y en Zaragoza".

Míchel descartó que llegue un refuerzo en invierno para la delantera, pero reconoció que hay un problema con el gol: "Hasta el mercado de invierno queda mucho turrón por comer. Producimos mucho más que la efectividad que tenemos. Tenemos proyección, pero hay que buscar soluciones en el plano individual de cada jugador y colectivamente. El equipo tiene mucha llegada y poca pegada".

En este sentido, el nombre de Babá no tenía más remedio que aparecer en escena y tuvo su defensa, aunque hay que interpretar lo dicho entre líneas por el entrenador. "No está teniendo mucha efectividad, pero ha pasado de no estar apenas jugando a en los últimos partidos tener más presencia. Ahora la está teniendo y no está siendo efectivo. Pero a veces con los jugadores no miramos la edad y su proceso y él entra en el campo con la tensión de tener que sustituir a Negredo. Está aquí desde hace un año y venía de jugar en un campo ante 800 personas y ahora lo hace ante 40.000, aunque es verdad que los periodos de adaptación deben ser más rápidos. Ante el Levante falló una ocasión que pudo ser definitiva, pero lo que le pedimos lo hizo. El día que meta un gol, aunque sea de rebote, se curará".

Sí reconoce que hay cosas que mejorar, pero no comparte las que le apuntan. "Estábamos teniendo un problema defensivo y ahora defendemos más arriba. Ni Espanyol ni Levante nos crearon ocasiones, pero perdemos muchos balones en la zona de creación. Siempre buscamos soluciones y no sólo cuando las cosas van mal. El ejemplo fue Trochowski en la izquierda", recordó y se mostró optimista ante ambientes enrarecidos. "No me habéis escuchado nunca decir que cuando las cosas van bien es por mí y cuando van mal es culpa de los jugadores. En las primeras cinco jornadas íbamos a ser casi campeones y en estas cinco fíjate lo que pasa. Hay que buscar la regularidad", terminó.