La cantera es un asunto que siempre ofrece una excusa perfecta para un debate dentro del sevillismo. Últimamente, los casos de Campaña y Luis Alberto, sobre todo, y Luna y Cala, en menor medida, han recrudecido el cruce de opiniones al respecto, aunque muchas de las cuales estén más fundamentadas en sensaciones que en datos objetivos. Al final, como en muchas otras cuestiones en el fútbol, todo depende del prisma con el que se mire. Es decir, que hay mucho de subjetivo y poco de objetivo en los distintos análisis que se realizan. Míchel echó más leña en la previa de Vallecas. "¿No queréis cantera?", preguntaba desafiante al anunciar que llevaría a Álex Rubio para el partido con el Rayo. El flamante campeón juvenil debutó y se unió a la larga nómina de canteranos que vienen haciéndolo en el Sevilla en la última década, aunque este hecho feliz contrasta con que Campaña viajara para quedarse en la grada y con que Luna viera el partido desde su casa, lo mismo que Bernardo, mientras Cala calentaba banquillo. De los seis canteranos del Sevilla (ocho si se cuenta a Fazio y Perotti) en Vallecas sólo jugó Jesús Navas, al margen del debutante Álex Rubio. ¿Cuenta o no cuenta Míchel con la cantera?

Si se realiza una comparación con todos los entrenadores del Sevilla en Primera División en la última década, es decir, desde el último ascenso, se llega a conclusiones contradictorias, aunque algunas de ellas sí son aclaratorias. Por ejemplo, que la cantera no siempre es sinónimo de éxito. La época más gloriosa del Sevilla, la que protagonizó con Juande Ramos en el banquillo, coincidió con la mayor sequía de canteranos debutantes, sólo tres: Alfaro, Bruno y Crespo. También hizo debutar a Fazio, aunque en este análisis se pretende incluir a aquellos futbolistas procedentes de los escalafones inferiores, no fichados para el Sevilla Atlético. Ahora bien, Juande se benefició de la generación tremenda que ahormó Caparrós y contó con Kepa, Puerta, Jesús Navas, Diego Capel, Pablo Ruiz, David Prieto... y Sergio Ramos, que fue traspasado al Real Madrid tras jugar sólo un partido con el técnico manchego. A esta hornada impresionante de futbolistas que hizo debutar Caparrós hay que sumar otra anterior: Gallardo y Reyes (debutantes en Segunda División), Víctor Salas, Antoñito, Vera, Álvaro, Arteaga, Óscar, Marañón, Marco Navas (hermano de Jesús)... En total, el utrerano hizo debutar a 17 jugadores. Su apuesta por la cantera era el producto de la combinación entre la necesidad de una entidad en crecimiento desde el ascenso a Primera y la filosofía de un hombre de club. Lo cierto es que con Caparrós, la media de partidos jugados por canteranos superaba de largo los 100 por temporada y los minutos acumulados no bajaban de 7.000. En cambio, Juande, en la mejor temporada de la historia del club, la 2006-07, sólo hizo acumular 79 partidos y 5.074 minutos a jugadores de la cantera.

En medio está Manolo Jiménez, el segundo entrenador que más jugadores hizo debutar: ocho. Casado, Crespo, Lolo, David Prieto, Fernando, José Carlos, Javi Varas y Cala. También subió a jugadores del Sevilla Atlético no canteranos. Llamativo es el caso de Perotti, pero también cabe recordar a Marc Valiente, Armenteros, Pukki -éste sí llegó como juvenil- coincidiendo con una época en que el club apostó por reforzar el filial con futbolistas foráneos. Y Antonio Álvarez acertaría con los estrenos de Luna y Rodri al final de la 09-10.

El regreso de Reyes, respondiendo a una política de recuperación de canteranos que se inició con Carlos y Jesuli, ha incrementado el número de partidos y minutos en el último año. Entre Marcelino y Míchel sumaron 124 partidos y 8.842 minutos de canteranos, aunque el asturiano sólo hizo debutar a Campaña, al que el club le dio ficha del primer equipo, y al foráneo Hiroshi. Y el madrileño procuró el estreno testimonial de Alberto Moreno y de Deivid.

Y Manzano, acusado de no contar con los de la casa, hizo debutar a Luis Alberto y mantuvo un buen nivel numérico, pese a que fue el curso con menos participación de Jesús Navas por sus lesiones (15 partidos y 1.349 minutos). El cómputo global con el jiennense rozó la centena de partidos, con 6.185 minutos. Acudiendo al dato objetivo, a veces se anula la sensación transmitida. El presente curso dictará cómo responde Míchel a la cuestión de la cantera.