Cicinho está teniendo unas duras vacaciones. El futbolista se lesionó de considerable gravedad en el último partido de Liga, con afectación del ligamento cruzado anterior de la rodilla, y ahora se encuentra en Brasil, donde realiza un tratamiento específico que mezcla el reposo con la potenciación muscular. Se trata de un intento de que evite el quirófano, que podría tenerlo medio año lejos de los terrenos de juego. En el club hay relativo optimismo con que este tratamiento conservador dé sus frutos, aunque hasta el día 25 de este mes no es posible saber cuál será la solución final.

Para esta fecha está previsto que el futbolista regrese a Sevilla para someterse a unas pruebas médicas de control que evalúen con precisión cómo está el ligamento afectado. Si la prueba es positiva, el futbolista continuará otro mes de actividad rehabilitadora; si es negativa, tendrá que ser intervenido quirúrgicamente.

Así lo explicó ayer el jefe de los servicios médicos del Sevilla en la radio oficial del club: "El jugador sufre un desgarro del ligamento. No está roto por completo, porque si fuera así se le habría intervenido. Es un desgarro dentro del ligamento. Esa lesión puede evolucionar bien sin cirugía. Por eso decidimos dejar este tiempo de tres semanas de reposo y de fortalecimiento muscular. Él se encuentra en su casa siguiendo nuestras instrucciones, guardando reposo y sin apoyar la rodilla. El día 25 de junio estará ya aquí de vuelta. Le haremos nuevas pruebas para ver qué tal se encuentra tras este tiempo de reposo. Entonces tendremos que tomar la decisión sobre si lo mejor es un tratamiento conservador o pasar por el quirófano".

Según el doctor José Naranjo, "la evolución de la lesión sería muy distinta si se interviene o no". "No es una rotura de ligamento, que es la lesión más grave. Ni es un esguince, que sería la más leve. Está a caballo entre ambas. El ligamento se ha distendido y se han roto algunas fibras. Hasta que no pase este tiempo que tenemos previsto, no sabemos con certeza cuál será el siguiente paso. En el mejor de los casos, estaríamos hablando aproximadamente de un mes de recuperación. En el peor de los casos, que es si hubiera que intervenir, serían 5 ó 6 meses. Pero confiamos en que no haya que recurrir a la cirugía". El futbolista no está sintiendo dolor ni inflamación y nota la rodilla estable, y eso lo está ayudando a sobrellevar la incertidumbre.