Luto en El Viso del Alcor: el presunto asesino de Jennifer ya había maltratado a más mujeres

El Viso del Alcor se despertó este domingo conmocionado e indignado por un nuevo asesinato machista, el tercero que ocurre en Sevilla en 2025. Esa es al menos la principal línea de investigación de la Guardia Civil sobre el suceso que en la tarde noche del sábado se saldó con la muerte de Jennifer, una joven colombiana de 30 años que llegó a la localidad en primavera junto a su hija de 11 y que tuvo la desgracia de cruzar su camino con el de Ismael, un antiguo cuponero con antecedentes de maltrato que llevaba dos o tres años viviendo en el pueblo. Ahora permanece custodiado en el hospital después de presuntamente incendiar su propia casa, en el número 32 de la calle Calvario, y asestar varias puñaladas a la víctima. A pocos metros de la escena del crimen, en el Ayuntamiento, las autoridades y un buen puñado de vecinos guardaron al mediodía un minuto de silencio por la última víctima de esa lacra que es la violencia contra la mujer.

El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, confirmó en la misma sede del Consistorio que el suceso ocurrió durante la tarde-noche del sábado. Primero, los vecinos alertaron de que había un incendio en el inmueble, que tiene una sola planta. El 112 recibió el aviso a las 21.30 horas, así que activó a la Policía Local, la Policía Nacional, la Guardia Civil, los Bomberos y los servicios de emergencias sanitarias.

Los efectivos llegaron al lugar, un bajo casi en la esquina entre la calle Calvario y la avenida Fray Pedro de San Cecilio, y empezaron desalojando a Ismael, que salió del interior desnudo de cintura para arriba. No consta que opusiera resistencia, según Toscano. De hecho, en primera instancia fue tratado como una víctima más del fuego. La situación cambió cuando los bomberos entraron en el inmueble y descubrieron el cuerpo ya sin vida de Jenni, que así la llamaban sus amigos. Fue entonces cuando el supuesto homicida fue arrestado. La hipótesis es que primero la mató y después prendió fuego a la casa.

Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por la joven. Según fuentes de la investigación, había recibido casi una decena de cuchilladas en el pecho y la espalda. Ella no vivía allí, pero pasaba bastante tiempo porque mantenía una relación con su supuesto asesino. En el momento de los hechos tampoco estaba presente la hija, según la Subdelegación. La niña está con su familia, que en parte reside muy cerca de Calvario, apenas una calle arriba. La madre de Jennifer fue la primera familiar en personarse en el lugar cuando estaba recién acordonado por la Policía Local.

En cuanto a Ismael, testigos presenciales cuentan que ya fuera de la casa mostró un comportamiento muy errático. Un ejemplo: se puso a tocar las palmas cuando la Policía le quitó las esposas, ya dentro de la ambulancia donde estaba siendo atendido por posible intoxicación de humo. Eso sí, no era la primera vez que atentaba contra la integridad de una mujer. Como corroboró el subdelegado del Gobierno, una de sus exparejas llegó a figurar en el protocolo de vigilancia del sistema Viogén. Y no era la única. Según algunos vecinos de la calle, este hombre cometía “auténticas perrerías” contra las parejas que iba teniendo. Este fin de semana fue más allá.

“Condenamos rotundamente estos hechos, el municipio está consternado. Él llevaba bastante tiempo aquí, aunque no había nacido en el pueblo. Ella llevaba menos tiempo”, dijo Gabriel Santos, el alcalde de El Viso del Alcor, después del homenaje que las autoridades dispensaron a la víctima y su familia en la puerta del Ayuntamiento. Allí se concentraron casi un centenar de vecinos, todos los grupos con representación municipal o la Asociación de Mujeres Leusis.

“Una sola muerte ya es duro. En Sevilla no había habido ninguna víctima mortal hasta septiembre, pero ese mes ya hubo dos y, si se confirma, esta será la tercera”, lamentó por su parte el subdelegado del Gobierno en Sevilla, que pidió a la sociedad en general que se responsabilice “cuando aprecie algún indicio” de que una mujer está sufriendo este tipo de violencia.

Poco después del minuto de silencio, una científica de Criminalística de la Guardia Civil salía por fin del número 32 de la calle Calvario tras recoger todas las muestras necesarias para esclarecer este crimen. La casa quedó sellada y precintada. Y entonces, bajo la ventana situada a la derecha de la puerta, la única con restos visibles del incendio provocado por Ismael, amigos y vecinos de Jenni empezaron a montar un pequeño altar con velas en memoria de la difunta. Descanse en paz.