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Cogiéndole el tranquillo al 4-4-2

osasuna | sevilla

La ausencia de Rakitic, por esa libertad caótica que Emery le da, ayuda a ordenar un once muy equilibrado que empieza a defender mejor con dos puntas Con falsos extremos, arropa a M'Bia

Cogiéndole el tranquillo al 4-4-2
Jesús Alba

24 de marzo 2014 - 05:02

Mientras Unai Emery sigue contestando a preguntas en las ruedas de prensa previas a los partidos sobre si va a jugar con un punta o con dos, ya van para dos meses que su Sevilla disputa los encuentros (todos) con dos delanteros. Otra cosa es que uno de ellos en muchos partidos sea Rakitic, que con la posesión de balón da unos pasos atrás para iniciar las jugadas, pero su posición inicial, con el sistema de base, lleva tiempo siendo un 4-4-2 puro y duro.

Y así salió ayer en El Sadar aun sin el suizo-croata sobre el césped. El tremendo esfuerzo del jueves y el atractivo duelo con el Real Madrid de este miércoles aconsejaba refrescar varios puestos y Emery también eligió a Rakitic entre los hombres a cuidar. Jairo ocupó su puesto junto a Bacca utilizando luego en las bandas dos falsos extremos que en partidos de altos vuelos están siendo Reyes y Marko Marin y que ayer en Pamplona eran Trochowski -sí Trochowski- y Vitolo.

Bajo esa disposición el Sevilla encontró mucho orden, no hubo desequilibrios defensivos e hizo mucho daño a la contra.

DEFENSA

La primera consecuencia de alinear a dos puntas arriba a la misma altura y no escalonados o en 4-2-3-1 es que la salida de balón del rival desde la defensa, por pura ley de geometría, no puede ser tan limpia. Al tener presión los dos centrales (porque además tanto Jairo como Bacca se sacrifican en esa labor que no tiene lucimiento y que a veces puede parecer baldía) el sistema ya está defendiendo mejor que antes, con lo que al equipo le cuesta menos trabajo recuperar el balón según el contrario avance líneas. En segundo lugar, los falsos extremos se pliegan hacia dentro, limitando el espacio y haciendo más cómodo el trabajo de dos pivotes que no sufren tanto en transiciones ataque-defensa, sencillamente porque apenas se producen. Arropado, M'Bia se descoloca mucho menos y, como le ocurriera la temporada pasada a Maduro, no tiene que tapar tanto ancho de campo. Todo ello repercute, al final, por lógica en la tranquilidad de la defensa. Los centrales lo vieron todo de cara y no tuvieron que salir de su zona para cubrir el espacio de los medio centros, los laterales rara vez perdían la espalda y el Sevilla, en general, concedió muy pocas ocasiones.

ATAQUE

No estaba Rakitic, lo que si bien de alguna manera permitía que hubiera más orden por esa libertad que Emery le da y que a veces deja al equipo descolocado en las pérdidas, podía generar dudas en cuanto a la creación en ataque estático. Pero al final no se echó en falta porque el Sevilla planteó otro tipo partido, con velocidad arriba en los repuntes de Jairo y con lanzamientos largos tanto al cántabro como a Bacca. La misma dinámica buscó con Gameiro y, ya en los minutos finales, más posesión con Carlos Fernández.

VIRTUDES

Jugar con orden fue una bendición para las pesadas piernas de los blancos. Cerrando los espacios, no hubo que hacer grandes esfuerzos esprintando. Sólo hacia delante y casi siempre con gente fresca como Jairo y Vitolo.

TALÓN DE AQUILES

Muchas ocasiones falladas que en otras citas pasan factura.

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