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La nueva era de la Liga

  • La marcha de Messi del Barcelona no sólo afecta al club catalán, repercute a toda una competición en la que era un referente absoluto e inigualable.

  • El Real Madrid también tiene que recuperarse de la salida de Sergio Ramos.

Messi, en el vestuario del PSG.

Messi, en el vestuario del PSG.

Referente absoluto e inigualable, la marcha de Lionel Messi acelera el comienzo de una nueva era en LaLiga, sin el mejor futbolista, el factor diferencial tantas veces, cuyo adiós propone un reto enorme y desconocido para el Barcelona y el propio torneo, con el Atlético de Madrid como el campeón a batir y sin Sergio Ramos en el Real Madrid, que recurre a Carlo Ancelotti.

Quizá jamás hubo un futbolista con tanto impacto ni tanta dimensión en la Liga española (la primera temporada fue en 1928-29), como Messi. Es historia, impresionante, inalcanzable e incontestable del campeonato con el Barça; un súper jugador que ha dominado LaLiga de forma indiscutible, por sus goles, por sus regates, por su fútbol...

"Estábamos convencidos de que íbamos a seguir aquí, en casa, era lo que más queríamos", expresó en su despedida, entre lágrimas, el fantástico futbolista, desde los trece años, "desde chiquito", en el club azulgrana, con el que ha traspasado incluso la barrera de la historia más grande del fútbol por sus cualidades ilimitadas.

Campeón 35 veces con el Barcelona -incluidas diez Ligas-, en seis ocasiones Balón de Oro, otras seis Bota de Oro, máximo goleador con un club de todos los tiempos, nadie ha marcado más tantos que él en la Liga, con 474 en 520 encuentros, ni en una sola campaña, con 50 dianas en las 38 jornadas de 2011-12. Ha sido ocho veces 'pichichi'.

Tampoco nadie ha ganado más partidos que él, con 383 triunfos. Ni nadie ha jugado más que él, con 520. Ni nadie, sobre todo, ya fuera de los números, tan concluyentes, tan irrebatibles, ha marcado tanto la diferencia, ha deslumbrado tanto como Lionel Messi, desde su debut el 16 de octubre de 2004 con una victoria por 0-1 ante el Espanyol hasta su último duelo en la Liga: el 16 de mayo en el Camp Nou, con un gol suyo y con una derrota frente al Celta por 1-2.

Las consecuencias de su adiós aún son impredecibles para el Barça, que pierde a su líder, al mejor, al futbolista que lo aupó a las cotas más altas, imposibles quizá de no haber estado él, al faro sobre el que ha girado todo en el equipo durante la última década y que pone en jaque el segundo proyecto de Ronald Koeman, que mantiene el resto del bloque, incluido Antoine Griezmann; aguarda la recuperación de Ansu Fati y ha sumado a Memphis Depay, Kun Agüero o Eric García.

Ni Ramos ni Zidane

El Real Madrid también ha perdido a su capitán: Sergio Ramos. El líder y mucho más del conjunto blanco, del que se ha ido 16 años después como campeón de todo, cinco Ligas incluidas, como una leyenda sin el entendimiento para continuar unido al club de su vida. Fichado por el París Saint Germain, que también será -salvo sorpresa- el destino de Messi, la marcha del jugador con más partidos como internacional español agranda el vacío en la nueva temporada de la Liga.

Carlo Ancelotti. Carlo Ancelotti.

Carlo Ancelotti.

Y personifica un nuevo ciclo sin el entrenador Zinedine Zidane, otro referente para la eternidad del equipo, que ha recurrido al pasado, a Carlo Ancelotti, para el presente, en el que tampoco figura Raphael Varane, pero en el que persisten futbolistas de la talla de Luka Modric, Toni Kroos o Karim Benzema.

Porque la Liga también mantiene a los mejores porteros del mundo. A Thibaut Courtois, a Marc Andre Ter Stegen y a Jan Oblak, el guardián del campeón de la Liga del Atlético de Madrid de Diego Simeone, el único entrenador capaz de doblegar en una Liga entera al Barcelona y al Real Madrid en los últimos 17 años. Y en dos ocasiones.

Una década cumplirá el próximo diciembre al frente del banquillo del conjunto rojiblanco, del que es el indiscutible líder, aunque Luis Suárez sea un goleador fenomenal, el promotor de la Liga ganada el pasado 22 de junio en Valladolid; Jan Oblak sea un guardameta extraordinario; Marcos Llorente sea un jugador de una transcendencia ilimitada o Rodrigo de Paul haya rearmado aún más al actual campeón.

El centrocampista argentino es la novedad del Atlético, que aguarda el fichaje de Rafa Mir y espera, sobre todo, el paso adelante definitivo de Joao Félix, igual que lo necesita el Barcelona de Griezmann o el Real Madrid de Eden Hazard, ninguno a la altura de Messi, pero sí a mucha más de la que han demostrado hasta ahora o de lo que expresan sus condiciones.

Al trío -aparentemente cerrado- de favoritos lo persigue el Sevilla de Julen Lopetegui, reforzado por la continuidad de su potente núcleo y dos incorporaciones (el portero Marko Dmtrovic y Eric Lamela), y proponen su alternativa la Real Sociedad de Imanol Alguacil o el Villarreal de Unai Emery, que sólo retocan sus bloques más que competitivos, como el Real Betis de Manuel Pellegrini.

Ninguno de ellos cambia de técnico. Nada más cuatro de los 20 equipos lo hacen para el nuevo ejercicio. Aparte del Real Madrid, con Ancelotti, han transformado su dirección el Granada, con Robert Moreno; el Getafe, con el regreso de Miguel González, 'Míchel', y el fichaje de Víctor Machín, 'Vitolo', para su extremo; y el Valencia, con José Bordalás, para recuperar una figura cada vez más dañada.

Necesita el Valencia mucho más de lo que ha hecho la última campaña, agobiado por el descenso casi siempre, lejos de las cotas que le exige su historia. Europa, al menos. Ahí también aspiran el Athletic Club, inalterable en su plantilla, o el Celta, de nuevo dirigido por Eduardo Coudet y liderado por Iago Aspas, en un nuevo ejercicio que repone en Primera División al Rayo Vallecano, al Mallorca y al Espanyol, mientras se abre una nueva era. Sin Messi. El '10'.

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