Acabada la Copa del Rey, la gran fiesta del baloncesto nacional, toca cambiar el chip. Ha sido muy bonito para el Banca Cívica, club y entidad financiera, su paso por Barcelona con un triunfo contra el Unicaja, el adversario andaluz por antonomasia y eterno rival, aunque después se cayera por dos malos cuartos (el primero y el tercero) ante un Real Madrid que evidenció que cuenta con una plantilla muy superior a la hispalense en calidad y tamaño.

Es 20 de febrero y quedan casi tres meses de fase regular; nada menos que 14 encuentros por delante que marcarán el devenir de los sevillanos en el último tercio de la competición. Es el momento de concentrarse exclusivamente en la Liga, más teniendo en cuenta que no hay competición europea por medio como el curso pasado. La consigna es clasificarse para la fase por el título y seguir dando lustre al nuevo nombre del patrocinador, que terminó feliz de la actuación del equipo en el Sant Jordi. Por mucho que el partido a partido sea costumbre en todos los clubes del mundo, el mínimo número de victorias está contabilizado: ocho. Es decir, el Banca Cívica, que tiene un calendario más complicado en la segunda vuelta, en la que no conoce el triunfo aún en tres encuentros, tiene que concluir con éxito más de la mitad de los choques que le quedan.

Para empezar, el domingo en Manresa, plaza durísima pero donde necesita la victoria. También luego en la visita del UCAM Murcia a San Pablo. Si sacara los dos partidos adelante, afrontaría con más calma el duelo en el Palau ante el Barça y el posterior en San Pablo contra el Joventut. Precisamente en hacerse fuerte en casa están las opciones cajistas, pues ya pasaron por aquí el Real Madrid, el Caja Laboral, el Barcelona y el Unicaja. Fuenlabrada, fuera, y Bilbao, en Sevilla, son los otros dos duelos que cierran el calendario cajista en marzo. El Banca Cívica es ahora décimo, empatado con el octavo, tras salir de los puestos de play off en la anterior jornada.