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Dejad que los niños se acerquen a él

  • Jesús Navas se despide dando "las gracias al Sevilla por todo" y prometiendo un "hasta pronto". Del Nido le pide que regrese para batir el récord de Blanco, "lo único que le falta".

Se va. Pero volverá. Muchos creen que volverá antes de tiempo, porque sospechan que en la fría Inglaterra echará de menos momentos como el bellísimo atardecer que este martes le brindó Sevilla, con un suave aire de poniente para darle lirismo a su adiós. Pero tardará en volver, porque Jesús Navas, el niño sencillo y tímido, ha madurado y se va como hombre y como cumbre del fútbol mundial. Se va a Manchester y allí no tendrá tanto cariño como este martes le dieron cientos de niños y niñas que llevaban el escudo del Sevilla en el pecho, ese mismo escudo que él ahora debe guardarse en los adentros, bajo la camiseta del City, celeste como sus ojos. Pero volverá. Jesús Navas, la bandera más grande que jamás podrá tener la cantera del Sevilla, recibió este martes un sencillo, familiar y podría decirse que hasta infantil homenaje. Todos los niños querían acercarse a él, al Niño por antonomasia.

Con la misma determinación que lanzó el penalti ante Italia, Jesús Navas esbozó sus últimas palabras como sevillista, en un último regate ofrecido desde la verdad: "Gracias, Sevilla, por todo lo recibido. Como dice nuestro himno, yo también presumiré orgulloso de ver al Sevilla en el Sánchez-Pizjuán". "Nuestro héroe discreto", como lo calificó José María del Nido refiriendo la próxima novela de Vargas Llosa, quiso recordar a todos los compañeros, los técnicos de la cantera, los empleados del club... Pero tuvo menciones especiales: la de Joaquín Caparrós, al que agradeció que le enseñara el trabajo como único camino para llegar al éxito, la de su abuelo Antonio, "que me estará mirando desde el cielo orgulloso", dijo con emoción, y la de Antonio Puerta. "Mi homenaje al que no se fue nunca y que sigue siendo el alma de este equipo, el que nunca se olvida, el alma de este vestuario y de esta afición, el que me ha levantado en los días grises, Antonio Puerta".

Del Nido, después de que el periodista Félix Machuca leyera el artículo en el que le brindó su particular despedida, le pidió un pronto regreso. Jesús Navas escuchaba atento, solo, en paralelo a la estatua de Puerta; el héroe caído a la izquierda, el héroe que emigra a la derecha. "Aquí te vamos a esperar siempre, porque tus 393 partidos no se pueden quedar ahí. Estás a sólo 22 del récord de Pablo Blanco. Sólo te queda una cosa por hacer con el Sevilla, superar ese hito y ser el jugador que más veces se ha enfundado la camiseta del Sevilla. Hoy, por tanto, los sevillistas nos negamos a decirte adiós. Esperamos tu triunfo en Inglaterra, pero sobre todo tu regreso para jugar esos 23 partidos y convertirte en el hombre de todas las marcas".

Entre los seis títulos que logró en el Sevilla y las réplicas de los dos con España, Jesús Navas recibió de regalo su bota en bronce: "Tu bota derecha nos condujo con su singular magia a éxitos jamás soñados. Tus 393 partidos cambiaron nuestra historia. Tu leyenda será eterna en Nervión. Eternamente agradecido, Sevilla Fútbol Club. En Sevilla, a 2 de julio de 2013". Luego llegó la hora de las fotos, los abrazos, los autógrafos... La tarde no tenía fin en la carretera de Utrera y los niños se empujaban nerviosos para acercarse a él. "Lo considero un hasta pronto porque no voy a renunciar nunca a mis orígenes. Mi casa siempre será el Sevilla Fútbol Club", prometió el palaciego, ya leyenda viva. Algún día este niño que se va hecho un hombre volverá a correr por la banda de Nervión como un chiquillo, como siempre fue.

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