Después de un pasito, el otro
Getafe | sevilla
Emery debe transmitir su entusiasmo al Sevilla para que, sin abandonar la mejoría atrás, se suelte arriba Getafe, plaza con muy escasos precedentes positivos
Unai Emery es un hombre entusiasta por su trabajo al que puede muchísimo más la ilusión que los inconvenientes que implican coger a un equipo a mitad de camino y en una movida semana con Copa y Liga. La segunda comparecencia del vasco ante los medios de comunicación sevillanos, casi clandestina por producirse en un día y una hora pocoperiodísticos, dejó entrever esa realidad y ahora debe transmitírsela a sus jugadores. En Zaragoza, el Sevilla de Emery dio el primer paso en su nueva andadura y ahora, en Getafe, debe dar otro pasito más. Y para ello, el nuevo entrenador debe soltarles algo las riendas a los suyos para que saquen alegría en la parcela ofensiva. Lo primero, no tenía otro remedio Emery, era cimentar al equipo desde atrás. Lo segundo debe ser, porque tampoco tiene mucho margen de espera, buscar al contrario con chispa, alegría y profundidad para dar con el gol, que es el único camino ir recuperando puntos perdidos.
No se puede decir que el Sevilla que ha heredado Emery sea como un balbuceante bebé que intenta empezar a andar. Pero sí es cierto que a este grupo de jugadores le estaba faltando comportarse en el campo como un equipo y que dotar de esa identidad colectiva al conjunto de individualidades es lo primero a lo que se ha aprestado el nuevo míster. Se puede decir, siendo más fieles a la realidad, que ese primer paso que ha dado el enfermo en Zaragoza para curarse, aunque le faltara más agresividad con balón, debe ser confirmado en Getafe, donde debe verse la doble vertiente defensiva y ofensiva. Y que ahora el paciente tiene que perder sus miedos para dar ese otro paso quizá más difícil, atacar sin miedo a ser atacado. Pegar con fuerza y con la convicción de que la fragilidad que otrora lo minó desde dentro ya no existe y es cosa del pasado.
El propio Emery ha reconocido que va "despacio a toda leche" en el curso rápido de colectivización que les está dando a sus nuevos pupilos, porque la Liga no espera a nadie y hoy se disputa el primer partido de la segunda vuelta, sin que el técnico haya tenido apenas unos momentos de reflexión junto a su plantilla. Y, además del escaso margen de tiempo, ese primer partido del nuevo ciclo liguero se produce en una plaza muy poco propicia para el Sevilla, un lugar donde encajó la mayor goleada el equipo de Míchel el curso pasado, por ejemplo (5-1).
Sólo un triunfo del Sevilla en Primera División contempla el Coliseum Alfonso Pérez Muñoz, con goles de Luis Fabiano y De Mul, el único que marcó como sevillista, en los tiempos de Manolo Jiménez. Con el de Arahal se vivió a su vez la última alegría en este escenario, la clasificación para la final de la Copa del Rey, con una angustiosa derrota. Todo lo demás han sido frustraciones en la decena escasa de ocasiones que Getafe y Sevilla han medido sus fuerzas en la élite. Pero estas estadísticas no afectan a Emery, centrado en otras cuestiones.
Quizá la principal ataña a dos cuestiones puntuales del once titular. Será muy parecido al de debut en Zaragoza y puede que sólo varíe en un futbolista, el sustituto de la obligada baja por sanción de Fernando Navarro. Coke apunta a ser el elegido, por lo que se desprende de lo que explicó ayer el guipuzcoano, que descartó arriesgar con Samu, ya que Alberto Moreno no está disponible.
El otro puesto que presenta más dudas es la portería. También se podría colegir de las explicaciones del técnico que se decidirá por Palop, dado que argumentó que los cambios en la portería no responderán a una alternancia premeditada, sino con que esté siempre lo mejor defendida posible, que sea un cerrojo. Y ahora mismo ofrece más seguridad Palop que Diego López.
Hoy el Sevilla necesita toda la solidez del mundo, toda la confianza. Ni una duda, ni un resquicio, ni una distracción. Y que el rival tenga siete bajas, que su entrenador, Luis García, no pueda sentarse en el banquillo o que lleve siete partidos sin ganar, cinco de Liga y los dos de Copa ante el Atlético, es una cuestión secundaria, porque pese a la mala racha, el Getafe todavía tiene más puntos (25) que su rival de hoy (22). Sólo importa que el Sevilla tenga firmeza para dar con fuerza ese segundo pasito.
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