Día de Corpus: ensayo general

La festividad de ayer y la manifestación del 15-J coinciden en parte del recorrido callejero de sus cortejos · Béticos asistentes se tomaron la procesión como una prueba para la convocatoria del lunes

Asistentes a la fiesta del Corpus contemplan el cortejo en la plaza Virgen de los Reyes.
Asistentes a la fiesta del Corpus contemplan el cortejo en la plaza Virgen de los Reyes.
Miguel Lasida

12 de junio 2009 - 05:02

Corpus Chisti: día gigante en Sevilla. Como cada año, las familias abarrotan las calles pese a que el sol no se conformó con relucir. Ayer abrasó. "¡Ozú! El verano ha llegado de golpe. Como se nota que es cuarenta y uno de mayo", le explica una señor a su hijo. Desde la tarde anterior, Sevilla vive su Corpus. No sólo de pan vive el hombre. Y tampoco de Betis vive solamente el hombre. No solamente, aunque también.

"Estamos ensayando la manifestación del lunes. Cierto. El 15 de junio será tan especial que hará falta una prueba, digo yo... Aunque sea en versión religiosa y recogida". Alfredo es un habitual de la procesión del Corpus. Ha llegado desde Montequinto y ocupa un asiento en la calle Cerrajería. "Sí, es verdad, la manifestación del lunes coincide con el recorrido del Corpus en una parte. Éste es el mejor ensayo general".

Plaza Virgen de los Reyes, Plaza del Triunfo, Santo Tomás, avenida de la Constitución. Y la Plaza Nueva. Es el recorrido del llamado 15-J, día en que los béticos están convocados para pedir un cambio en la gestión de sus colores. El sentimiento por un club de fútbol tiene mucho de fe. No sólo de pan vive el hombre. Y si además hay la cizaña... "¿Lopera? A mí ese hombre no me interesa. Nunca he dejado de llamar Benito Villamarín al estadio. Fíjate cómo es la cosa". Curro es camarero de la Norte Andaluza, pero ayer no entraba hasta las cinco. "Aquello es territorio comanche, está lleno de sevillistas. Pero últimamente nos están apoyando mucho, con guasa, pero ayudando en lo que pueden".

El verde, el rojo y un blanco común. Recuerdos de aquel Espíritu Antonio Puerta. El verde ha alfombrado la trama callejera del casco antiguo, salpicado del rojo eucarístico de la cera sacramental. Sevilla en la calle, que huele a romero y juncia del piso. "Llevo un rato intentando entrar en casa". El periodista y polemista Lucas Haurie se sacude el sol dentro de la sombra de su vehículo. Hay atasco en la calle Águilas en dirección a Boteros y San Isidoro. "He dado ya dos vueltas. Un policía me ha dicho que ya se puede". El atasco da para una opinión sobre la manifestación del lunes: "Legítima. Los béticos expresarán pacíficamente su opinión. Otra cosa es que crea que vaya a pasar algo. Es un acto voluntarista e inútil, pues no disuadirá a Lopera para que deje el club", concluye Haurie.

La Alfalfa es un hervidero de familias. La procesión ya ha finalizado. ¡Qué viva la procesión del jamar! Es el bar La Bodega. Juan Carlos reparte los pepitos entre su prole. "La gestión de Lopera ha sido nefasta. Pero hay algo peor. Ya no hay ese gesto de simpatía fuera de Sevilla que había en otra época. Lo noto cada vez que salgo fuera". Su mujer, María, es hermana de José Yñiguez, colaborador de este periódico. "Yo voy a la manifestación. ¿Pero qué es exactamente lo que ha hecho mal Lopera?" "Acabaríamos antes si te digo qué ha hecho bien" , replica Juan Carlos a su esposa.

Quintaesencia de la ciudad. Sevilla en la calle. Ayer tocó el Corpus; el lunes, el Betis. Sobre los mismos suelos y entre los mismos edificios. De la Custodia de ayer a la guardia fiel del beticismo del lunes. Ignacio es vecino de la calle Descalzos y un bético de abolengo. "No te miento si te digo que con este descenso no he sufrido como con otros. No siento al Betis como algo mío", afirma con pena. Lo de ayer fue un adelanto en versión sacra. La del lunes será el modelo popular. Sagrada si es del Betis.

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