"El problema estuvo en nosotros". Así titula Unai Emery una carta abierta a los aficionados sevillistas publicada en su web oficial y en la que entona el mea culpa. Bueno, en realidad sería el culpa nuestra, porque el entrenador guipuzcoano preparó el partido de forma concienzuda y la respuesta de sus jugadores distó mucho de lo planeado. Nada nuevo bajo el sol sevillista. Y no vale que enfrente estuviera el Real Madrid, como el propio técnico reconoce en un mensaje que también respira optimismo e ilusión ante lo que queda por delante. Emery tuvo que terminar bastante enfadado con el partido de los suyos en el Santiago Bernabéu, pero su espíritu lo impele a mirar al futuro de forma constructiva, aunque reconociendo el paso atrás dado.

No lleva ni un mes al frente del Sevilla el técnico de Fuenterrabía, desde que fuera presentado y lo entrenara por primera vez el 15 de enero, y ya sabe cómo se las gasta el grupo de jugadores que tiene en sus manos. Después de una línea ascendente en la que el equipo no dejó de crecer en competitividad, incluida la ida de la semifinal de la Copa del Rey con derrota en el Vicente Calderón, la goleada recibida en Chamartín ha resucitado viejos fantasmas. En este periodo, el Sevilla ha disputado siete encuentros, tres de Copa (los dos con el Zaragoza y el del Atlético) y cuatro de Liga (Getafe, Granada, Rayo y Real Madrid), y ciertamente la progresión había sido positiva, hasta el sábado.

"Hoy ya miramos hacia delante -empezaba su nota Emery-. De nada sirve recordar el partido contra el Real Madrid, si no es para analizar los errores que cometimos y para darnos cuenta de que la exigencia siempre debe ser máxima, más aún jugando en el Bernabéu. Y a eso me voy a dedicar hoy, a analizar las imágenes del partido para planificar lo mejor posible la semana", avanzaba.

Después de dejar pasar la noche, el técnico tuvo ocasión de reflexionar con tranquilidad en qué falló su equipo: "Les dimos muchas facilidades, espacios, y nos faltó intensidad. Lo habíamos trabajado, pero tendremos que trabajarlo más y apretar más durante la semana para que se acabe reflejando en el campo", dijo, repitiendo una frase que parece ser el eco de los antecesores de Emery en el cargo. Al séptimo partido con el Sevilla, el guipuzcoano se ha topado con una realidad que ya frustró a Marcelino y Míchel.

Pero el guipuzcoano quiere ir más allá en el reconocimiento de los errores. No se para en lamentar la falta de acierto o de concentración y asume con franqueza que su equipo cortó de forma abrupta la senda positiva que había iniciado. Ni siquiera le sirve de excusa que la derrota se produjese en el Santiago Bernabéu: "Hemos dado un paso atrás, independientemente de que el rival sea el Real Madrid, y hay que retomar el camino de los anteriores choques tratando de crecer en cada partido", añadió en un mensaje que sus jugadores deben asumir para que no ocurra como en etapas anteriores.

Las dos derrotas con el de Fuenterrabía se han producido en Madrid y con el uso de una variante táctica sobre la base del habitual 4-2-3-1. La ubicación de Maduro por delante de la defensa, para ser escoltado por Kondogbia y Medel más adelantados, no terminó de funcionar en el Calderón y fue un desastre en el Bernabéu. Ello hace pensar que, ya con Rakitic, el equipo vuelva a los dos medios defensivos, Kondogbia y Medel, en paralelo. Maduro no atraviesa su mejor momento y no podrá actuar el viernes por sanción.

Pese a esa asunción de errores, Emery puso la vista en ese partido ante el Deportivo: "Nos queda un tramo muy importante de la temporada, muy bonito, y, con la ilusión y las esperanzas que todos tenemos puestas en lo que viene, debemos dar un paso adelante. El partido contra el Deportivo del viernes va a ser realmente importante para recuperar las sensaciones, pero la preparación empieza desde hoy", aseguró Emery, que concluía agradeciendo el apoyo y con un "¡Vamos, Sevilla!".