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Fútbol de salón y fútbol de verdad

  • Roque Mesa se luce en medio del desbarajuste de una medular en la que Ganso hizo el don Tancredo Tras un pase maestro, el brasileño se fue a la ducha y el Sevilla remontó de milagro

De milagro, más allá del tiempo marcado como prolongación, con un penalti dudoso al menos... pero ganó el Sevilla. Quizá lo había merecido por empuje, por ocasiones, por llegadas. Desde luego no lo mereció por orden en el campo. El desbarajuste en la medular fue patente desde el minuto 5, cuando marcó en posición ilegal El Zhar. En parte por mérito del rival, en parte por demérito propio. Roque Mesa le dio una paliza a los puntos a Ganso. Casi por K.O.

No llegó el knock out porque el fútbol tiene cosas como las que se vieron en la cálida tarde de ayer. Debe ser difícil para un entrenador como Quique Setién asimilar una derrota así. Pero el cántabro tiene clase y buen encaje. Igual de difícil será asimilar una victoria así para un entrenador como Jorge Sampaoli. Un penalti y un córner como salvavidas. Todo el ideario del fútbol ofensivo casi se va al traste por la elección de piezas, tanto en el campo como en la planificación. ¿Seguro que este Sevilla está capacitado para jugar con Franco Vázquez y Ganso como interiores organizadores y con N'Zonzi como único medio de cierre?

Roque Mesa estaba haciendo las maletas camino de Nervión cuando el Sevilla anunció el fichaje de Ganso por 9,5 millones de euros. Miguel Ángel Ramírez cambió de opinión, dice que por la lesión de dos futbolistas que no suelen jugar en la posición de Roque Mesa, y rompió la negociación con todo cerrado por 8,5 millones. En el campo, el canario justificó tanto la fuerte apuesta del Sevilla como la ruptura de las negociaciones. El gol de Las Palmas, obrado por un jugador que pasa desapercibido pero aúna trabajo, disciplina y calidad como Tana, fue un resumen del repaso canario durante la primera mitad. Con Ganso en la posición de delantero centro y Franco Vázquez en la de extremo derecho, un mal pase lateral de Mariano fue interceptado por Roque Mesa. Vio el pasillo enorme, una vasta pradera con N'Zonzi como único guardián, y aceleró su motorcito diésel. Autopase, ruptura de líneas, un rechace y golazo de Tana.

Ganso, mientras, empezaba a escuchar los primeros pitos de su afición. No se encontraba en el campo. Tras una pérdida en la frontal de espaldas -¿qué hacía ahí Ganso otra vez?- los pitos ya eran reconocibles. Tras un robo por detrás de Tana al brasileño, con el balón controlado como si estuviera en el salón de su casa, la pitada arreció. Y ahí se vino arriba Ganso. Pidió la pelota, corrió, incluso dio un pase magistral casi sin mirar a Ben Yedder, en una clarísima ocasión frustrada por Javi Varas.

Pero don Tancredo ya estaba aplatanado por el sol, el bajo ritmo y la ubicuidad de Roque Mesa. Era un fútbol de salón, de otro tiempo, frente al fútbol de verdad, el de la adecuada adaptación al colectivo y al rival. El canario aparecía aquí y allá presto a adivinar la línea de pase e iniciar el ataque. A Franco Vázquez le dio la tarde con su habilidad para dejarse caer si sentía la enérgica presión del argentino. Se enrocaba sobre su bajo punto de gravedad y parecía imposible quitarle la pelota.

Pero Roque Mesa, en teoría la pieza que podría ajustar mejor el encaje de este Sevilla, cayó en la trampa del conformismo igual que su equipo. Y el Sevilla, ya con Nasri como organizador -cosas veredes...-, remontó de milagro. El único K.O. fue el de Ganso.

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