Infortunio en el peor momento

Justo en el momento más crítico, cuando más necesidad tiene Unai Emery de efectivos en el centro del campo, y en puertas de un partido importantísimo, la mala suerte en forma de lesiones volvió a aparecer por el vestuario sevillista. Sin jugadores con los que contar para esta posición por la sanción de Iborra y por la lesión de Carriço y la falta de ritmo que aún evidencia M'Bia, que acaba de salir de un periodo de más de dos meses de inactividad, Sebastián Cristóforo se perderá lo que resta de temporada a causa de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, una lesión producida durante la segunda mitad del choque ante el Valladolid y que lo obligó a dejar el campo pese a que aguantó unos diez minutos sobre el terreno de juego.

La baja del uruguayo, que tendrá que pasar por el quirófano y se prolongará por seis meses como mínimo, supone un serio contratiempo para Emery, ahora precisamente que Cristóforo, con muy pocas participaciones a lo largo de la temporada,estaba demostrando que podía ir entrando en el equipo y que ganaba ritmo de juego a la vez que crecía en confianza.

La lesión del ex futbolista de Peñarol motiva que el entrenador guipuzcoano apenas tenga opciones para formar un centro del campo de garantías para el choque del jueves en el estadio del Betis, donde no podrá jugar Iborra al ver en el partido de ida una tarjeta amarilla que lo convierte en baja por sanción debido a la acumulación de amonestaciones.

Todas estas bajas, junto con la marcha de varios efectivos que no tuvieron recambio en el mercado de invierno, están motivando que Emery tenga que cambiar a varios futbolistas de su posición específica para cubrir huecos en cada partido. Fernando Navarro se ha convertido en un excelente defensa central, Carriço ya era un comodín de lujo según hiciera falta su concurso en la defensa o en el medio centro antes de lesionarse, y así, en varios puestos en la plantilla.

Lo cierto es que la noticia recibida hoy por Cristóforo tras someterse a varias pruebas médicas supone un golpe moral importante para un jugador muy joven que llegó este verano con el propósito de ir creciendo en un fútbol exigente como el europeo y en una gran plantilla como la del Sevilla tras brillar en el Mundial sub 20 con la selección de Uruguay. Y, de paso, provoca un problema de no poca importancia en el cuerpo técnico.

Cristóforo, a partir de ahora, va a contrarreloj para tratar de llegar a punto para empezar a trabajar junto a sus compañeros en el mes de septiembre, ya que durante la pretemporada aún estará en la última fase de su recuperación si todo va bien.