Halterofilia

Josué Brachi, de levantar más de 150 kilos a hacer un bizcocho

  • El olímpico sevillano no puede trabajar en el gimnasio y deberá tirar de ingenio para mantener la forma en su casa por el coronavirus

  • Reconoce la necesidad de las medidas tomadas, pero insiste en el perjuicio que para un deportista le causa en el futuro esta incertidumbre

Josué Brachi, durante uno de sus entrenamientos habituales.

Josué Brachi, durante uno de sus entrenamientos habituales. / José Ángel García

Josué Brachi no es un tipo que se dé por vencido fácilmente. Y el hecho de que hayan cerrado el gimnasio en el que se entrenaba en el Palacio de los Deportes de San Pablo tampoco lo va a parar. Hasta este lunes tenía el acceso limitado. No faltó en el fin de semana a su cita con las pesas, aunque estaba él solo y eso hacía que el trabajo se ralentizara. Pero el estado de alarma manda y ya no le permiten la entrada a su centro de trabajo, de manera que traslada su oficina a su hogar.

El domingo pudo entrenarse en San Pablo, pero desde el lunes no puede hacerlo. El estado de alarma manda. "La cosa está muy mal. Es muy serio y entiendo la medida", señala el haltera, que no puede parar para no perder la forma. "Me hicieron el favor el fin de semana abriendo la instalación, pero sólo y exclusivamente para mí, sin mis entrenadores. Pero la cosa está muy, muy mal y entiendo el cierre".

El sevillano, olímpico en Río 2016, compitió por última vez a finales de febrero en el Open de Malta, en el que logró dos bronces en la categoría de –61 kilos. Se preparaba para el Europeo de Moscú, previsto a partir del 2 de abril y pospuesto aún sin fecha. Era uno de los torneos valederos para lograr la clasificación olímpica y ahora todo está en el aire. "Voy a hacer un bizcocho", dice el sevillano, que tendrá que adaptar el trabajo del gimnasio a su casa: "Estoy raro. Normalmente tengo planificado mi día a día al milímetro. Apenas tengo tiempo para nada y ahora me sobra. Suelo acabar reventado los entrenamientos, sin fuerzas, y ahora es como si me hubiese bebido tres Red Bull seguidos", señala el levantador de pesas, que seguirá los ejercicios mandados por su entrenador para mantener, en la medida que pueda, la forma, aunque sabe que "sin levantar pesas cualquier entrenamiento que haga no será lo mismo".

Brachi aprovechará para ponerse "al día con los estudios con un máster de diseño e impresión en 3D y el curso de comunicación del Sevilla FC", aunque seguirá pendiente de las noticias sobre la evolución de la enfermedad, porque "cuando todo acabe el deporte seguirá". Y ahí está el problema. "Hay deportistas que no podemos entrenarnos en casa. Yo no tengo pesas, los gimnastas no tendrán barras ni anillas ni un potro, el maratoniano no puede correr... Y cuando la cosa se normalice nos jugaremos mucho en clasificatorias y, lógicamente, no estaremos al 100%. Quizá ni al 60% y nos jugaremos no sólo ir a los Juegos, si se disputan, sino las becas de las que vivimos", explica el hispalense, sin noticias de la Federación Internacional (IWF). "Insisto en que lo primero es la salud, porque es una pandemia muy grave, pero confío en que pasará y hay demasiadas dudas y pocas certezas sobre lo que pasará después. En todos los ámbitos. También en el deporte", insiste el halterófilo, que apunta que "han cambiado la clasificación olímpica, pero no se sabe en qué criterios".

"Cuando todo pase puede que nos jugaremos ir a los Juegos, si se disputan, y las becas de las que vivimos estando al 60%"

El deportista sevillano, campeón de Europa en 2018 y plata en 2016 en –56 kilos, lleva un ciclo olímpico "de locos". Cambiaron las categorías olímpicas y de –56 kilos pasó a –61, un cambio al que tras dos años seguía adaptándose: "Lo normal durante la preparación es estar un par de kilos por encima del peso para bajar en el momento oportuno y estar a tope. Si me costaba llegar a los 60, imagina ahora. Llevo un ciclo olímpico de locura y ya con esto... Dentro de dos semanas no sé cómo estaré tras 15 días sin levantar una pesa. Tiraré de ingenio a ver qué puedo hacer. Ante esta situación es lógico que se tomen medidas fuera de lo común y extraordinarias, así que yo lo haré también. Algo se me ocurrirá". Le hará falta, porque le quedan por delante más dos dos semanas de reclusión para frenar la pandemia del Covid-19. Para lo que venga después deberá estar preparado, la cosa es cuándo y cómo.

Josué Brachi, en las instalaciones de San Pablo. Josué Brachi, en las instalaciones de San Pablo.

Josué Brachi, en las instalaciones de San Pablo. / José Ángel García

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