Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
La final parisina Alcaraz-Sinner, el suceso deportivo del año
Deportistas Andaluces
Cada cuatro años, los Juegos Olímpicos acaparan la temporada deportiva. Durante los otros tres años del ciclo, los deportistas compiten, con metro o cronómetro, pero siempre con la mente puesta en la clasificación olímpica. La aritmética hizo coincidir 2008 con la esperada cita de Pekín. La representación andaluza en China tuvo sus claros y tuvo también sus nubes.
En atletismo, prueba olímpica reina, ni los sevillanos Manuel Olmedo y Antonio Reina, en 800 m, ni el granadino Paquillo Fernández, en 20 km marcha, encontraron la gloria perseguida. Olmedo se quedó a un suspiro de la final y al término de la carrera la pagó con un reportero de lo más dicharachero. A Reina, frenado también en otra semifinal, le tocó el día de lluvia y le salió todo rana. Paquillo decepcionó con todas las letras. El marchador estaba llamado a ocupar un cajón del podio en Pekín, una reciente plusmarca mundial lo avalaba, y sólo pudo terminar séptimo.
Otras esperanzas andaluzas eran la jerezana Mercedes Chilla, en jabalina, y la sevillana Marina Alabáu, en la modalidad RSX de vela. Ninguna se colgó el metal. La gaditana, campeona de España por sexta vez en 2008, obtuvo una meritoria novena posición. La cuarta posición, la frustrante primera sin medalla, fue para Alabáu, a quien le perjudicó la previsible calmachicha de Qingdao.
En 2008 dijo adiós a la natación una de las más importantes andaluzas de las últimas citas. La malagueña de adopción Nina Zhivanevskaya decidió cambiar la piscina profesional por la bañera de su casa y algo tendría que ver haberse quedado tan lejos de la final de los 100 m espalda. Una de las sorpresas agradables, hablando de agua, la trajo el piragüismo. El equipo femenino de K-4 500 rozó la medalla, un quinto puesto, y la sevillana Beatriz Manchón capitaneó a España en aquella memorable final.
Así podría sintetizarse esa otra participación andaluza en los Juegos. Hay quienes se hartaron de gloria, pocos, y hay quien el ni fu ni fa le resultó nada despreciable: la mera participación en unos Juegos es ya un premio.
Pero también hubo vida más allá de la reseña olímpica. La elite también. Entre las individualidades, tanto Miguel Ángel Jiménez como María José Rienda merecen algunas líneas. El golfista malagueño continuó en la brecha. Codo con codo con los mejores, Jiménez triunfaba en 2008 y logró el campeonato BMW PGA. La esquiadora granadina tuvo menos suerte y volvió a romperse durante la primera manga de la Copa del Mundo. El ligamento cruzado se interpuso una vez más en su eslalom de campeona y necesitará de otra larga recuperación.
En cuanto al deporte por equipos, dos clubes andaluces se ganaron la remembranza: el Unicaja de Málaga y el Cajasol Ciencias de Sevilla. El club malagueño representa al básket andaluz por Europa y se ha convertido en uno de los referentes por gestión y por resultados. El equipo sevillano de rugby volvió a la elite e hizo segundo clasificado tras haber ascendido a la División de Honor la temporada anterior.
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