Emery mira al frente. Pasada la página de la Copa, el guipuzcoano tiene la fe intacta y trata de convencer a los que tiene a su alrededor de que llegar a Europa a través de la Liga es aún posible, pese a toda la desventaja que tiene el Sevilla en la clasificación. Ante una afición a la que aún le dura la desilusión por haber perdido la ocasión de jugar una final de Copa, la labor del técnico es mantener la tensión del grupo haciendo elevar la moral del entorno.

"Se cerró una puerta y ahora se abre otra que es aún más grande. La Liga nos da el acceso al objetivo principal, que es Europa, y a una medición más correcta de lo que somos. Esa regularidad en la que un equipo tiene más capacidad y tiempo de mostrar su fortaleza o debilidad", explicó Emery, que ve a su equipo en una buena línea, pero con la necesidad de "asentarse en los partidos".

Entiende el preparador que la rabia embargue a los seguidores que se volcaron con el equipo el miércoles, pero recuerda que no se puede uno parar para lamentarse. "Teníamos ilusión, pero no ha sido proporcional a la desilusión. Se cortó y ahora sólo hablamos de la Liga. Ahí está el objetivo y tenemos que luchar. Está difícil, pero tenemos posibilidades y vamos a aumentarlas. Todo pasa por ganar y el objetivo es ganar los 13 partidos que nos quedan. Son muchos partidos y da tiempo", subrayó al tiempo que no quiso contestar si se ve en Europa al final de curso. "Ni me veo ni me dejo de ver en Europa, sólo atenderé a lo que ocurra".

La rebaja de la sanción a Kondogbia también fue motivo de reflexión del técnico, sobre todo por lo desproporcionado del castigo: "Se ha demostrado que no son acciones para consecuencias tan grandes. Se han reducido las sanciones y me parece correcto. Kondogbia se sintió herido y yo pienso que las cosas se tienen que quedar en el terreno de juego y también hay que jugar a nivel mental, siendo ganadores en las provocaciones. Pero hay un límite y en otras ligas se permite menos".

Emery también fue preguntado por la actuación de los centrales ante el Atlético, en particular un Botía superado en las acciones de los goles, pero el técnico rechazó personalizar y sí abogó por mejorar colectivamente. "Hay delanteros que están destacando y provocan acciones porque son buenos delanteros. En algunos momentos ganamos nosotros y en otros no, que fueron los goles. No tuvimos esa efectividad pero es producto del partido y de los contrarios. A partir de ahí, hay que trabajar para hacerlo mejor. Todo tiene que ser un proceso de aprender y de autocrítica, evitando cosas que nos hagan más daño de lo que podamos controlar", explicó, al igual que las expulsiones: "No es positivo que nos expulsen a cuatro jugadores en esos dos partidos de Copa. El cómo y el porqué se producen atienden a todo un poco. Autocontrol, impotencia, que se te escapa algo importante... Pero eso no nos puede ganar. Yo siempre pienso en ganar y si algún día nos tienen que expulsar por dos entradas que estima el árbitro, las tendremos que aceptar. Pero lo que se produzca por hablar, hacer gestos o atender a provocaciones, no. Lo hemos hablado, pero hay que sentar unas bases para manejar eso".