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Mal momento para curvas

  • Emery se queda casi sin centrales con una nueva lesión que deja a Rami fuera un mes y medio y lo une a las bajas de Carriço y Pareja. Septiembre es duro y la visita del Borussia será crucial.

Lo malo no es el partido de este viernes ante el Levante, lo verdaderamente complicado es lo que el Sevilla se juega en un cargado y durísimo mes de septiembre, en el que, para empezar, tiene el martes probablemente uno de los dos partidos cruciales en el exigente grupo que el sorteo le deparó en la Liga de Campeones. La nueva lesión que el Sevilla confirmó este miércoles con la rotura en el adductor izquierdo que sufrió en un entrenamiento el francés Adil Rami se convierte en un problema gordo en las cuentas que debe hacer Emery para reclutar un once de garantías, un once que debe hacerse mínimamente fuerte atrás sin apenas centrales.

La visita del Borussia Mönchengladbach era -y sigue siendo- un encuentro que los nervionenses están obligados a ganar si quieren tener alguna opción de clasificación. Los dos enfrentamientos ante los alemanes deberían significar para el Sevilla la suma de al menos cuatro puntos (lo ideal serían los seis) para tratar de arrancar algo en los duelos complicados de verdad ante el Manchester United y la Juventus, el primero de los cuales además llega este mismo mes, el 30 de septiembre en Turín.

El Sevilla tiene un calendario cargado y muy duro este mes con cinco encuentros ligueros junto a los dos de Champions y, entre ellos, la visita del Barcelona al Ramón Sánchez-Pizjuán. Y todo tendrá que afrontarlo sin los tres centrales que más garantías ofrecían a Emery. La ausencia de Rami, un central que estaba jugando a un altísimo nivel y que mantenía el equilibrio defensivo, se suma a las de Carriço, que se lesionó ante el Atlético y aún le queda un mes para volver, y Pareja, con quien en el Sevilla no cuentan para más de media temporada. De hecho, no está inscrito en la lista para la competición europea aún enfrascado en la recuperación de una lesión muy complicada, la rotura del ligamento cruzado anterior.

No es cuestión de señalar a estas alturas a la planificación, pues lo hecho, hecho está, y si los técnicos se decidieron por un delantero cuando desde la pretemporada en La Manga estudiaron la posibilidad de reforzar la plantilla con otro central, lo cierto es que sólo queda confiar en la respuesta de Andreolli, la última incorporación que el club realizó la misma tarde del cierre del mercado, y de Kolodziejczak, un hombre joven con muy buenas condiciones futbolísticas que tiene su mayor hándicap en la llamada fuerza de lucha, vulgo cuerpo a cuerpo, algo esencial en el puesto de central y en lo que Emery ha advertido debilidad en el francés para haberse decantado ya en varios encuentros por retrasar a Krychowiak aun a riesgo de debilitar la columna vertebral en el centro del campo.

Evidentemente, llega de nuevo la hora del zurdo mientras que también -está claro- tendrá que evaluarse el rendimiento de Andreolli. La respuesta del italiano está comprobado que ahora mismo es un melón por calar, pues de alguna manera fue una apuesta, entre comillas, a ciegas. Si la secretaría técnica conocía su trayectoria en sus inicios, es una realidad palpable que el defensa cedido por el Inter ha jugado muy, muy poco en las últimas dos temporadas. Si Emery tampoco tiene muchas referencias más que las que ve en los entrenamientos, es una incógnita cuál será su decisión, aunque, evidentemente, tendrá que probarlo.

Es verdad que, en contra de la corriente popular, al técnico le ofrece más garantías utilizar a Krychowiak de central por su fuerza, si bien en el caso de que fuera junto a Kolodziejczak debería hacerlo en el perfil derecho y no en el izquierdo, como ha ocurrido en Tiflis y en Málaga. Coke es otra opción, al margen de los canteranos Luismi y Diego González, que le plantean dudas en citas de nivel.

De momento, tiene el choque ante el Levante como banco de pruebas, pero lo del martes es más serio y el problema no es chico.

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