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Medel agota la paciencia

  • El chileno acumula ya 7 expulsiones y 15 partidos de sanción en dos temporadas y media, puede caerle más de uno por la roja del derbi y tiene cuatro pendientes entre Europa y Copa

Gary Medel ha agotado la paciencia de los aficionados del Sevilla e incluso de los rectores del club. Los técnicos sevillistas ya no saben qué hacer para corregir una tendencia, la de sus expulsiones, que esta temporada, haciendo el cálculo subjetivo que implica el azar del fútbol, le han podido costar a su equipo 9 puntos, por sus rojas ante Valladolid y Barcelona en casa y en el derbi del pasado viernes. Desde Marcelino a Unai Emery pasando por Míchel, todos los técnicos del Sevilla han intentado corregir la excesiva animosidad de un futbolista que ya tiene el peligros cartel en la Liga española de presa fácil para las provocaciones. La última fue la de Cañas, que debió ser expulsado igualmente ya que Del Cerro Grande no optó por poner paz con sendas amonestaciones. Ya le pasó en la también injusta expulsión ante Cesc Fábregas, que facilitó la remontada del Barcelona. Ahora será difícil quitarle un cartel al que él mismo se encarga de ponerle el brillo del neón con su reincidencia.

El Comité de Competición deberá dictaminar con qué sanción castiga la última expulsión del chileno, que podría ser de dos partidos por ser reincidente tras la roja ante el Barça por un hecho similar. Si bien en ambos casos medió una provocación y exageración del contrario, eso no exime de culpa a un futbolista que no sabe medir su sobreexcitación, algo que el propio Unai Emery señaló como una de las claves en un partido de tanta tensión como el derbi. El chileno lo estaba incluso antes del gol que le regaló a Pabón, con pérdidas, deficitarios controles y pases y carreras fuera de sitio para presionar donde no le correspondía. En su último viaje para jugar con su selección fue entrevistado por un medio chileno, donde avisó que "los derbis son finales y las finales se ganan" y también quiso tranquilizar a la hinchada sevillista anunciando que se iba a dejar el "alma en el partido". "Ganaremos por 0-2", dijo bravucón. Pero el tiro le salió por la culata y lo pagó su equipo de nuevo.

Emery lo defendió en la rueda de prensa posterior a sabiendas de que iba a ser presa fácil de las críticas y también por la triste realidad de que no cuenta con un sustituto de garantías en la plantilla.

Medel no sólo no ha frenado su tendencia, sino que la ha aumentado en su tercer curso. Su primera expulsión fue en Pamplona en mayo de 2011. Vio una doble amarilla posterior al 3-2 definitivo, aunque le fue retirada la segunda tras el recurso del club. Aquel curso ya vio siete amarillas y se perdió un partido por acumulación. El curso pasado lo empezó con una roja ante el Hannover 96, cuyo partido de sanción en la Liga Europa tiene pendiente. Y fue protagonista de una expulsión en el derbi de Nervión, por protestar en la barrera de la falta que marcó Beñat. Su ostentosa protesta posterior a Delgado Ferreiro le costó tres partidos de sanción en total. Además, vio otras quince amarillas, cumplió tres ciclos de acumulación y se perdió en total seis encuentros. Y este año acumula en 27 partidos 6 amarillas, una doble amarilla ante el Valladolid (1-2) cuando el equipo iniciaba la remontada y la roja ante el Barcelona. Se ha perdido ya cuatro partidos por sanción. Y en la vuelta de la semifinal ante el Atlético vio la segunda amarilla por una rigurosa falta sobre Diego Costa. Su desairada protesta a Teixeira Vitienes le costó otros dos partidos, con lo que tiene tres pendientes en la Copa del Rey. En total acumula en estos dos años y medio 16 partidos de sanción, al margen de lo que le pueda caer por su acción con Cañas.

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