Tras la derrota del pasado sábado contra el Baskonia B, el Aceitunas Fragata Morón se lanza a la carretera para viajar al norte, a Asturias. Allí espera el Círculo Gijón Baloncesto (18:00), un rival que atraviesa una racha negativa, con tres derrotas consecutivas. Se antoja un partido de gran importancia para los dos equipos. Para el moronense, es la oportunidad de recuperar buenas sensaciones; los locales necesitan una victoria para reengancharse a la zona de la salvación.

El Gijón Baloncesto es un equipo potente, muy físico, con mucho poderío interior, pero también cuenta con buenas armas en el tiro exterior. Cuenta con uno de los máximos reboteadores de toda la competición que, además, es una fábrica de puntos. Se trata de Anthony Osayande, que acumula en esta segunda fase una media de 17 puntos, 12 rebotes y 24 de valoración. El gran emblema del equipo, no obstante, es un ex ACB como Saúl Blanco, pero una lesión le ha impedido participar en los últimos tres partidos (casualmente, los que ha perdido el conjunto gijonense). A pesar de esta baja, Teslacard cuenta con una plantilla que va a poner las cosas muy complicadas al Aceitunas Fragata Morón. El entrenador moronense, Antonio López, espera un partido de mucho contacto, que vive de muchas segundas opciones gracias a su fuerte pelea en el rebote. En ese sentido, el Aceitunas Fragata Morón tendrá que agarrarse al trabajo defensivo que tan grandes resultados dio en Plasencia para poder llevar al equipo rival a una situación de constante incomodidad.

El equipo sevillano ha trabajado bien durante la semana, con la única salvedad de Tanner Omlid, que será duda hasta última hora. El resto de la plantilla está en perfectas condiciones, preparada para competir por una victoria que afiance más el primer puesto y, sobre todo, poner más distancia con el corte que marca la salvación, en el que se encuentra ahora mismo empatado a victorias el rival del sábado.