Negredo estaba muy apesadumbrado: "Es mi noche más difícil desde que estoy en el Sevilla. Estamos mal, no se han cumplido los objetivos, tenemos que centrarnos y pensar en el futuro. Quedan dos finales, pero es complicado, porque se ha pedido el derbi y sabemos lo que significa. Nos pusimos por delante, perdimos el control; apretamos al inicio de la segunda parte, perdimos el control en el centro del campo y tuvieron la fortuna de marcar de falta".

Por su parte, Jesús Navas intentaba poner algo de optimismo dentro del ánimo apesadumbrado de la plantilla sevillista en líneas generales: "Ellos han hecho dos goles de falta, nos han hecho daño a balón parado. El equipo se puso bien, por delante en el marcador, pero luego no supimos aprovechar nuestras ocasiones. Hay que mirar lo que nos queda por delante. Hay que ganar los dos partidos que quedan y agotar las opciones hasta el final. Es lo que nos queda y hay que apretar hasta el final".

En la línea de otros compañeros, Cala estaba "muy jodido". "Es normal, porque queríamos ganar para dedicárselo a la afición en un año tan duro, y no ha podido ser. Hay que darle la enhorabuena al Betis y pedirle disculpas a la afición. La esperanza es que ganemos los dos partidos que quedan, tenemos que levantarnos de un palo muy duro. Tenemos que levantarnos cuanto antes. Dónde hemos fallado ya lo analizará el míster con nosotros en frío, no en caliente".