En Nervión sí hay fútbol
El Sevilla, con el país ávido por que comience la Liga, juega una verdadera final ante un Hannover que no le pondrá nada fácil la remontada · El papel del Sánchez-Pizjuán será trascendental.
Ni siquiera se ha consumido el mes de agosto y Nervión se apresta a vivir su primera final del curso. Está toda la España futbolística pendiente de esa huelga que impide a los más recalcitrantes inyectarse la dosis de este bendito deporte y aquí sí hay un partido, de los de verdad además. Sevilla Fútbol Club-Hannover 96 se anuncia en la cartelería y se apunta desde el interior del club blanquirrojo que el ambiente puede ser tremendo, que los sevillistas, esta vez sí, tienen ganas de echarle una mano al equipo. Buena falta le hará, sin duda, porque el marcador de la ida es adverso y, además, los alemanes ya demostraron al calor de los suyos que conforman un buen equipo por mucho que no tengan nombres rimbombantes en sus filas. Más o menos lo mismo que había hecho el Sporting de Braga hace un año y que no fue captado de idéntica manera por los torcedores nervionenses.
Pero ahora, paradójicamente, parece diferente. La comunión entre el equipo y la afición es distinta para mejor. Tiene una complicada explicación esta cuestión, entre otras cosas porque el Sevilla de hace un curso venía de conquistar la Copa del Rey y eso jamás es fácil y siempre muy meritorio. Mas las cosas son así de inexplicables en todo lo que tiene que ver con el universo de los hinchas y esta vez parece que sí, que el sevillismo responderá a la llamada que ha recibido por parte de los diferentes estamentos del club para que esté ahí apoyando a los suyos en esta complicada empresa. Y buena parte de la culpa le corresponde a Marcelino García Toral, un entrenador que ha caído de pie en el siempre complicado entorno que rodea a la entidad que tiene su razón social en la calle Sevilla Fútbol Club, como antiguamente la tenía en la avenida Eduardo Dato. Mejor así, que el técnico goce de todas las bendiciones antes de que el balón eche a rodar de manera oficial.
Ése, sin embargo, también será el reto y la responsabilidad que deberá afrontar Marcelino en su estreno oficial como entrenador del Sevilla en Nervión. Ya no valen las percepciones, positivas casi siempre, que hayan emanado del equipo durante su preparación, ahora se dispara con fuego real y sólo tendrá trascendencia lo consignado por el belga Serge Gumienny en el acta a la finalización del encuentro de esta noche.
Hay que tener en cuenta que el Sevilla arranca por debajo en el marcador, que los dos goles anotados por Schlaudraff en el infierno que se montó en Hannover le dan una ligera ventaja al club alemán, pero en el seno de la plantilla sevillista la confianza no ha aminorado para nada. Apoyados en ese gol de Kanoute tras una buena jugada colectiva con Coke y Negredo que puede tener un valor trascendental, todos creen a pie juntillas en los métodos que se han venido entrenando a lo largo de los casi dos meses de preparación y sólo es cuestión de llevarlos a la práctica. Es la única manera de afrontar este encuentro frente al Hannover, siempre con la diversidad de armas de las que dispone la plantilla sevillista en su arsenal para afrontar cada encuentro y cada compromiso que se le presente.
Basta con un uno a cero para seguir adelante, para meterse en la fase de grupos de esta Liga Europa y olvidar, de paso, el trago que está haciéndole pasar a Del Nido y compañía un sorteo envenenado. Porque afrontar al casi líder de la Bundesliga en una fase previa de esta segunda competición continental es para reflexionar sobre la fortuna en los emparejamientos, aunque esto tampoco sea algo nuevo, pues ya sucedió otras veces y los blancos supieron sacar adelante los cruces.
La cuestión ahora es saber manejar los tiempos, llevar el partido a las situaciones que más le vayan conviniendo a Kanoute y compañía. Cierto que el Hannover llega muchísimo más rodado, pues en esta época jugar partidos no cansa y sí sirve para ir cogiendo el ritmo de competición adecuado, pero el Sevilla dispone de otras vías para hacerle daño a los alemanes. Para empezar, goza de un potencial arriba que para sí lo quisieran muchos equipos. Jesús Navas y Perotti, si el argentino ha mejorado su nivel físico, por las bandas; Kanoute y Negredo, gol asegurado, por el centro. La cuestión, sin embargo, es conseguir que esas cuatro piezas puedan funcionar tanto cuando tiran hacia arriba como cuando deben convertirse en los primeros defensas del equipo. Si Marcelino consigue que sea así, el Sevilla tendrá mucho camino andado para superar este complicado escollo ante el Hannover.
Serán las cuestiones a discernir sobre el césped en un partido que tendrá mucho colorido en las gradas, tanto por parte de unos como de otros. Pero los aficionados pueden chillar, sí, y ayudar mucho de esta manera, pero al final quienes deciden son Kanoute y Negredo. Que así sea, pensarán todos los sevillistas.
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