El pasado jueves, cuando José María del Nido abandonaba por el mismo césped el estadio Vicente Calderón en su recorrido hacia la salida protagonizó una imagen cuando menos llamativa. Un grupo de aficionados radicales retenidos por la Policía aún en las gradas aprovechaba el momento para lucir una pancarta en contra del actual consejo del Sevilla y para insultar con cánticos la figura de su presidente, aunque también contra Manuel Vizcaíno. Es una guerra conocida y a Del Nido tampoco es algo que le sorprendiera. Pero el máximo mandatario sevillista se paró, se agachó a atarse los cordones de los zapatos mientras los hinchas gritaban y, antes de perderse por el vomitorio, volvía a pararse a mirar a los que le increpaban.

Pero esta imagen no ilustra la relación actual entre el grupo de animación conocido como Biris Norte y el consejo. Han mejorado, pero no están normalizadas, como ya demostró este colectivo durante el partido ante el Rayo, en el que prestaron su apoyo habitual al equipo sólo en la segunda parte. En la primera, como medida de protesta por no ser atendidas sus reivindicaciones, no.El Sevilla se esfuerza hasta donde puede, y más, para hacer las paces con este grupo, sabiendo que a la vuelta de la esquina está el partido del año, la vuelta de la semifinal de Copa ante el Atlético.

Un día después de estos nuevos insultos hacia Del Nido aparecía en la prensa madrileña una grave acusación hacia estos hinchas en relación a una supuesta falta de respeto a las víctimas de tragedias humanas ocurridas en Madrid, un hecho que el Sevilla aprovechó para tener un gesto hacia ellos. El club puso a funcionar a sus medios de comunicación para sacar la cara por sus aficionados, incluso involucrando a Enrique Cerezo, presidente del Atlético, quien defendió a los hinchas del Sevilla negando en la radio del club haber oído dichos insultos y asegurando que el comportamiento de los 1.500 aficionados desplazados a Madrid fue "absolutamente correcto".

De nuevo, esta semana el Sevilla tiende otra mano con las declaraciones que ayer protagonizaba Del Nido en la presentación de la Semana de la Afición, una serie de actos que vienen como anillo al dedo y que buscan ir fomentando el ambiente idóneo para el partido ante el Atlético en un año muy complicado para la asistencia a los estadios por los horarios fijados por el operador televisivo.

"Se está haciendo todo lo posible para que todos los sevillistas empujemos en el mismo sentido, y paulatinamente se está consiguiendo que esos aficionados entiendan que el Sevilla es más grande si animan. Espero que en próximas fechas, más pronto que tarde, ese desencuentro se arregle y no vuelva a ocurrir más". El mensaje de Del Nido, además, llegó acompañado por las palabras de la persona que ha cambiado el aire del equipo con su llegada, el entrenador Unai Emery.

"Es importante que con esa cercanía entiendan que tenemos que formar todos una familia. Nos hará más grande sentirlos como algo nuestro. Yo he venido a este campo de rival y siempre he admirado el apoyo que la afición presta al equipo", explica el técnico de Fuenterrabía, un recién llegado que se esfuerza por entender lo que pasa entre el club y su grupo más importanten de animación. La paz total todavía no es un hecho y, pese a que hay acercamientos, parece difícil que se erradiquen definitivamente ciertos insultos personales, pero el fin último es conseguir que el equipo vuelva a tener el apoyo de siempre y el Sánchez-Pizjuán sea esa olla a presión de empequeñece a los rivales. Eso está más cerca de lograrse y lo que es seguro es que el día del Atlético el apoyo será total. Y si es por bien del equipo, lo de los insultos personales, como los que oyó Del Nido en Madrid, hasta se soportan. O a lo mejor no...