EN distintos sitios, pero a la misma hora, el fútbol según Sevilla vivirá una jornada de gala. No es baladí que la ciudad en su totalidad esté representada hoy en el concierto futbolístico del Viejo Continente. Sevilla y Manchester como escenarios, pero con la broma de mal gusto de haberse programado ambos acontecimientos a la misma hora. Y como el don de la ubicuidad no se ha inventado, pues se nos niega la posibilidad de ver ambos partidos.

Es algo que resulta difícil de comprender y muy bien se podría haber situado uno en horario vespertino y el otro en nocturno. Está claro que la felicidad completa no existe y que siempre hay detallitos que la ennegrecen. Está claro que el sentido común es el menos común de los sentidos y que la mano del hombre acierta sólo a cuentagotas. En fin que hoy tenemos en Nervión un Sevilla-Fenerbahce de mucho trapío y que puede servir de lenitivo para la situación local.

Hay quien piensa que el Sevilla debería aparcar estas distracciones europeas en pos de una atención centrada en esa Liga que tantos dolores de cabeza le está dando. Pero las preferencias no garantizan nada y sí está demostrado que el mejor estímulo en fútbol es entrar en dinámica ganadora. Un triunfo sobre los otomanos crearía un mejor estado de ánimo y eso es fundamental para que la cita del domingo con el Almería se afronte con un estado anímico más alto.

También a las nueve de la noche, ocho en Gran Bretaña, tiene el Betis una cita de órdago a la grande. Se trata de debutar en el Teatro de los sueños, lo que son palabras mayores, muy mayores. Salir por su pie de Old Trafford para que el jueves 16 haya opciones en Heliópolis es la premisa con la que encara, o debe encarar, la tropa de Pellegrini esta confrontación con el United. Dos partidos de tronío, pero, caramba, qué pena no poder ver ambos en directo. Cosas que pasan.