Las cartas están más o menos marcadas en esa partida que, a partir de la próxima semana, jugarán el Sevilla y Rakitic. Será la primera gran gestión que deberá afrontar, ya como presidente de facto, José Castro, aunque la ruta de las conversaciones está señalada. El capitán del equipo está en un nivel estratosférico y apunta a un grande de Europa. El primero que, de forma indirecta, le ha hecho llegar una oferta de esas que meten miedo ha sido el París Saint-Germain. Su presidente, Nasser Al-Khelaifi, viene actuando a golpe de talonario desde su desembarco en el club parisino en 2011 y el Sevilla no tendrá mucha fuerza para impedir que Rakitic, que atraviesa el mejor momento de su carrera a sus 25 años, acepte la propuesta. Pero eso será a partir de mayo. Ahora, el futbolista y el club de Nervión están condenados a entenderse para firmar una renovación al alza, aunque en realidad será una forma de darles fuerza a los rectores sevillistas para negociar con el PSG.

Rakitic no es el futbolista mejor pagado de la plantilla, a pesar de que llegó en enero de 2011 casi como agente libre, pues el Sevilla pagó una cantidad no muy elevada, 1,5 millones de euros, al Schalke 04, ya que en junio de ese año podía firmar por cualquier club, tras no renovar con los alemanes. El Sevilla quiere evitar que esto vuelva a repetirse a toda costa y por eso ya ha consensuado con él y su representante, su hermano Dejan, un acuerdo para ampliar su actual contrato con la promesa de que el club atenderá la primera oferta fuera de mercado que llegue a partir de mayo.

El enorme protagonismo de Rakitic en el equipo está algo desequilibrado con sus emolumentos. De hecho, hay más de un futbolista que firmó por el Sevilla después que él y que tiene una ficha más alta. El PSG, en cambio, le quiere proponer una ficha varias veces superior a la actual.

Su contrato expira en junio de 2015 y conforme transcurra 2014 más fuerza tendrá Rakitic para procurarse un futuro halagüeño para él y su familia lejos de Nervión. Castro se ha remitido a su cláusula de rescisión, 40 millones de euros, cuando se le ha preguntado por el interés de grandes equipos. Pero el PSG se presenta como un destino ideal por la tremenda liquidez de un club que preside respaldado por su enorme patrimonio el qatarí Al-Khalaifi: por la mitad de la cantidad que señala su actual cláusula podría haber entente.

Sin embargo, Rakitic, dispuesto a ayudar al Sevilla, transmite un mensaje de calma. "Ahora mismo sólo me apasiona el Sevilla -dijo para la web alemana Spox.com-, no me preocupa ningún otro equipo de ningún país. Desde el comienzo de esta temporada he tomado la responsabilidad como capitán y mi familia me da mucha fuerza, coraje y voluntad", asegura. "Me siento feliz en mi casa, tengo amor con mi mujer y con mi hija, que vino al mundo en esta ciudad. Si uno es feliz, el fútbol también es más fácil", añade, tras asegurar que no hay "ninguna tensión por su renovación": "Queda un año y medio de contrato y que en el club tengan ese gesto es un gran honor".

Con todo, es posible que el Sevilla se vea obligado a vender a Rakitic este verano y el PSG tiene liquidez de sobra. La previsible salida de Rakitic obliga a Monchi a ahondar en la tarea de encontrar un sustituto de garantías en los próximos meses, en el que podría ser su último gran servicio al Sevilla, pues no está clara la continuidad del director deportivo al final de esta temporada. La semana que viene ya estará constituido el nuevo consejo y en él, a priori, ya no estará Monchi, que continuará sólo como alto ejecutivo.