Patadas que acaban dando la gloria
Gaspar Trabalón Rodríguez. Medalla de bronce en el Mundial júnior de taekwondo en Tijuana (México)
Choi Hong Hi. Seguramente ni el 1% del aficionado al deporte conocerá este nombre. Es el creador del taekwondo, un arte marcial de origen coreano del que destacan la variedad y espectacularidad de sus técnicas de patada, y que actualmente es una de las artes marciales más conocidas. Cincuenta años de antigüedad le han bastado para ir convirtiéndose poco a poco en un deporte al que jóvenes como el astigitano Gaspar Trabalón se acercan cada vez con mayor frecuencia; y algo importante, dejando un bagaje alentador de resultados.
Con 16 años hasta que llegue el 10 de agosto, Gaspar obtuvo su mayor éxito hace pocos días al colgarse la medalla de bronce en el Mundial júnior de taekwondo disputado en Tijuana (México) en la categoría de -78 kilos. "Fue una sensación impactante. Ya había disputado un europeo, pero en un Mundial era la primera vez que estaba. Además, en campeonatos como esos notas lo que es la presión, la responsabilidad de no defraudar a nadie, que todos los que han confiado en ti (seleccionadores, entrenadores, compañeros...) se sientan orgullos de tu actuación", comenta, para añadir que su medalla es "un bronce, sólo eso, un escalón más en mi carrera al que no hay que dar más de la importancia que tiene. Ahora lo que hay que pensar es en seguir trabajado".
Pero lanzar patadas efectivas no se logra de un día para otro. Con cinco años Gaspar se inició en el mundo de las artes marciales practicando kárate. Un deporte atrayente, pero carente de competición, algo fundamental en sus intereses. "Hice kárate hasta los 11 años. Me gustaba, pero los torneos, en su gran mayoría, eran de carácter exhibicionista. Por eso me decidí por el taekwondo. Además es un deporte olímpico y todos los años hay muchos campeonatos a nivel provincial, autonómico y nacional", explica. De hecho, el pasado 21 de noviembre, Gaspar competía en el Open Internacional de Madrid, donde también conseguía traerse el más preciado metal, el oro.
Pero uno de los momentos más importantes en su corta vida deportiva llegó el año pasado y en él no se subió a ningún podio. Recibió por parte del Ayuntamiento de Écija y de las entidades deportivas el premio al mejor deportista masculino en categoría promesa en la II Gala del Deporte Ecijano. "Fue todo un orgullo que mi pueblo me concediera el premio. Es bonito que los que están más cerca reconozcan tu trabajo", dice. Pese a su juventud, está bien rodeado y mantiene los pies en el suelo. "Agradezco toda la confianza que mi entrenador ha depositado en mí y a mi familia por estar apoyándome en todo momento. Pero sobre todo se lo quiero agradecer a mi padre, que es el que siempre creía y cree que voy a llegar a lo más alto y que puedo llegar lejos en este mundo".
Actualmente, Gaspar compite en la filas de las selección española y andaluza, y se ha afianzado como uno de los más grandes representantes del taekwondo andaluz. Además, esta temporada ha llevado el nombre de Écija por toda Europa, compitiendo en países como Holanda, Bélgica, Francia, Yugoslavia, Suecia, Alemania, o Croacia. No obstante, el camino que le queda por delante es largo y él piensa recorrerlo de la mejor forma posible. "Ahora estoy entrenando con mi entrenador Francisco Javier Rodríguez y también con Luis, de mi gimnasio, que es mi entrenador físico y que es el que lleva a cabo las tablas de entrenamientos bastante duras para adquirir explosividad y velocidad", concluye.
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