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De Puerta en Puerta hasta la locura

  • El Sevilla recorre la ciudad para festejar con una afición volcada su quinto título de la Copa del Rey.

La plantilla del Sevilla FC hace su aparición a las 19:32, con media hora de retraso sobre lo previsto. Todos, la directiva incluida, se agrupan para hacerse una foto de familia con la Copa del Rey junto al autobús que les llevará por toda la ciudad. Palop mima la Copa, la enseña, la levanta; pero no la suelta. Todos suben al autobús. Hay bastante expectación a la salida del Sánchez-Pizjuán. Sólo es el comienzo de una tarde intensa.

Un séquito de seguidores acompaña al equipo en sus primeros pasos, cantando, ondeando banderas. Esto sólo ha hecho empezar, y se ve a la plantilla deseosa de celebrar el gran triunfo de este miércoles en Barcelona.

Los aficionados se van congregando en la Puerta de Jerez, lugar muy frecuentado en estos últimos años por la afición sevillista. La Avenida de la Constitución está repleta desde las 20:00, y los seguidores se muestran ansiosos por conocer la localización exacta de sus héroes.

El autobús sevillista continúa el trayecto multitudinario, camino de la Catedral (primera parada) donde ofrecerá la Copa a la patrona, la Virgen de los Reyes. Aunque para eso queda más de una hora. Gran ambiente en la capital hispalense: brincos y carreras -sobre todo de los más pequeños- en torno al transporte donde la plantilla no deja de festejar ni un solo momento.

Desde las cuatro de la tarde hay aficionados esperando en la Plaza Nueva. A las 20:30 son ya casi 500 los seguidores que hacen sitio frente al Ayuntamiento, al grito de ¡Sevilla, Sevilla!

El autobús del Sevilla llega a la Puerta de Jerez sobre las 20:45, donde los seguidores ondean banderas y se escucha un cántico que sale desde los propios jugadores. Todos, con los brazos alzados señalando al cielo recuerdan a Antonio Puerta. ¡Antonio Puerta, la, la, la, la, la, la, la! cantan todos: jugadores y aficionados. Emocionante momento al que le sigue un ¡Sí, sí, sí, la Copa ya está aquí!

El Sevilla enfila la Avenida de la Constitución hacia la Catedral. Resuena el himno del club y los jugadores saltan sobre el autobús, que lleva botando todo el trayecto. Mientras, a los pies del balcón del Ayuntamiento, la gente espera a que llegue el equipo. Se espera que lo haga sobre las diez y media de la noche. Puede (debe) ser uno de los grandes momentos.

Gran momento para la plantilla antes de hacer su primera parada, a las 21:30. Justo en la puerta de la Catedral, los jugadores acompañan a la afición en sus cánticos. Bufandas al aire y el himno del Centenario que lo inunda todo. Al poco, el autobús aparece desierto: todos bajan para ofrecer la Copa a la patrona de Sevilla.

Ha sido una parada rápida. Los jugadores vuelven a montarse en el autobús. Toda la expedición debe estar deseando el momento en que la Plaza Nueva se muestre, tal y como está, grandiosa, rojiblanca. La afición está totalmente volcada con el equipo, y la fiesta hace rato que está armada frente al Ayuntamiento.

La plantilla entra en el Ayuntamiento sobre las 22:00. Dentro, recibidos por el alcalde, Monteseirín, los jugadores escuchan a José María del Nido, que se quita "el sombrero simbólicamente" ante la afición, por su fidelidad y grandeza, y ante los futbolistas, que, al fin y al cabo, son quienes logran los títulos. "Alcalde es sevillista", gritan los jugadores.

Por lo bajini, Del Nido pide buen comportamiento a sus chicos. Al menos, mientras habla el alcalde -pensaría el presidente-. Luego, tras unos minutos que serían largos para todos, llegó el gran momento. Juan Cala lo intentó, pero nada, tuvo que esperar la orden. Y la orden llegó. Los jugadores pisaron el balcón. La Copa, la barandilla. Y el himno del Centenario se hizo para todos. "Sombrerazo para la afición del Sevilla". Palabra del presidente. Voz de los sevillistas. Voces. Todas en una: ¡Antonio Puerta, la, la, la, la, la, la, la!

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