El Betis Futsal viaja al municipio ciudadrealeño de Manzanares para enfrentarse al colista de la categoría en la busqueda de la regularidad en el juego, y en los resultados, para no pasar apuros en la lucha por la permanencia.

Salió dormido, sufrió, se rehizo, empató y pudo hasta ganar; así volvía el Betis a la competición liguera tras el parón navideño en un intenso partido ante un gran Jimbee Cartagena el pasado viernes. Desmintió el equipo de Bruno García aquello de “año nuevo, vida nueva”, pues los verdiblancos cometieron los mismos errores, y también certificaron sus virtudes, que vienen demostrando durante la temporada. En el debe, la fragilidad defensiva y la falta de intensidad por momentos.

La secretaría deportiva ya ha respondido incorporando a Carlos Sanz, que se estrenará en Manzanares tras no poder hacerlo la pasada semana por temas burocráticos. Ahora le toca al técnico y al propio jugador ponerse manos a la obra para corregir los errores defensivos del conjunto bético e implantar más orden y seguridad. Por otro lado, este Betis produce y ofrece muchas cosas con el balón. La calidad técnica de Piqueras, Lin, Henmi, Eric Pérez y compañia, a la que se ha sumado el pívot Chano, provoca que el equipo acumule mucha calidad en campo rival. Por tramos le cuesta salir de la presión, pero cuando lo hace es de los equipos más letales de la categoría.

El Quesos Hidalgo Manzanares, rival en la tarde del sábado, está hundido en el último puesto de la clasificación. A una sola victoria de salir del pozo, eso sí, pero acumulando diez partidos ligueros sin sumar una sola victoria. 8 derrotas y 2 empates desde que le ganara al Inter Movistar el pasado 4 de noviembre. Pocas confianzas deberá de tomarse el equipo de Bruno García, que en la ida se vio sorprendido en Amate por el equipo manchego (1-2). El Betis no quiere dudas.