Rubén y la supremacía de La Isleta

El canario, del mismo barrio que Guayre, mantiene su racha goleadora pese a que apenas apareció en el partido · La nueva hornada de canteranos canarios brilla más, pero el bético deja su especial sello

Samuel Silva / Las Palmas / Enviado Especial

10 de octubre 2010 - 05:02

El fútbol de Las Palmas siempre ha encontrado un filón en el barrio de La Isleta. Si los más antiguos del lugar recuerdan que ahí comenzó a rodar por vez primera un balón en la isla, la Unión Deportiva ha convertido a ese barrio popular de pescadores y clase obrera en una de sus principales factorías. De ahí salió un símbolo del Betis como Alexis, ahora metido a comentarista de televisión junto a su amigo y también ex bético Pier, y allí dieron sus primeros pasos Rubén Castro y Guayre, exponentes de la penúltima generación de canteranos amarillos y que ayer se dieron cita en el coqueto, y frío por esa pista de atletismo, Estadio de Gran Canaria.

Más participativo el ahora jugador amarillo, sobre todo en el primer tiempo, sería el bético quien fuera decisivo en el encuentro con una de sus pocas apariciones que le sirvió para mantener su racha goleadora. Ya son cinco jornadas consecutivas anotando, lo que lo coloca a tiro de igualar a Aquino, quien tiene el récord como bético al golear en seis jornadas seguidas.

Pero el encuentro también situaba en escena a dos generaciones de canteranos canarios. A Rubén y Guayre se añadía por parte bética a Momo, mientras que enfrente aparecían esos jóvenes que han devuelto la ilusión, y la afluencia de público, al fútbol canario. La velocidad y habilidad de Jonathan Viera, la potencia y calidad de Vitolo o la jerarquía de David González son ahora los exponentes de una Unión Deportiva que pretende recuperar la grandeza de otros tiempos.

Por momentos, los hijos parecieron devorarse ahora a Saturno, con un muestrario del fútbol que gusta en Las Palmas y que parece directamente sacado de cualquier playa, al más puro estilo brasileño. Jonathan Viera y Vitolo, que fueron multados esta pasada pretemporada por el club por una excursión de madrugada, que también ahí parecen canarinhos, ofrecieron lo mejor de su repertorio. Pero ni Viera, del barrio de La Feria, ni Vitolo, que es de Las Torres, poseen ese sello especial que en la isla significa La Isleta, que acabó por desnivelar la balanza para el Betis.

Pese a todo, Rubén no es bien recibido por su gente. Silbado a cada instante, pareció que el rencor de la grada servía para anularlo, hasta la jugada del gol. Y es que la afición amarilla le reprocha a su otrora hijo pródigo que su adiós a la Unión Deportiva se produjera tras un descenso a Segunda B, con él como pichichi de Segunda y tras un final de temporada de brazos caídos. Por si fuera poco, con el de ayer ya son cuatro los goles que el delantero ha anotado a su ex equipo, por lo que la herida se hace más profunda. La Isleta tiene en Rubén a su mejor pescador y ayer quiso reivindicar la supremacía de la cuna del fútbol grancanario.

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