Las Palmas-Betis

Más haber que deber (2-2)

  • El Betis tuvo en sus manos un importante triunfo ante un Las Palmas cargado de buenos futbolistas, pero lo dejó escapar en la prolongación. Emana se autoexpulsó, pero los jóvenes afrontaron ese trance con mucho oficio

No le echen agua a este buen vino que es el Betis de Pepe Mel. Los seguidores verdiblancos tienen motivos para sentirse insatisfechos con el empate a ultimísima hora de Sergio Suárez, pero el partido de su equipo en Las Palmas sólo puede provocarles que el pecho se les hinche de orgullo. Porque los hombres que vistieron ayer la camiseta a rayas verdiblancas, con la excepción de Emana y por mucho que erraran individualmente tanto Caffa como Goitia, la defendieron con honor y a punto estuvieron de sumar tres puntos en un campo tremendamente difícil por la calidad individual de algunos futbolistas rivales.

Cierto que ese gol postrero de Sergio Suárez en un despiste achacable al guardameta Goitia provoca un sinsabor tremendo, que es una pena que se escaparan dos puntos después de tanto esfuerzo para haber conducido este partido hasta el triunfo, pero en esta ocasión conviene quedarse con lo positivo, con el haber, antes que con lo negativo, el debe. La razón es bien sencilla y radica en la calidad de esos jóvenes canarios que, de no estropearse con su tradicional mandanga, amenazan con convertirse en dignos sucesores de Valerón, Silva y otros productos de calidad de aquella cantera. Tanto Jonathan Viera como Vitolo juegan al fútbol con muchísima clase y será cuestión de comprobar si el físico los acompaña cuando den el salto a la elite.

Pero tampoco es cuestión de centrar los análisis en los adversarios y sí conviene en centrarse en el juego que practicó el valiente Betis de Pepe Mel en su visita a semejante avispero. Para empezar, nada de salir temeroso a pesar de lo que pudieran indicar los scoutings del excelente nivel del adversario. Los verdiblancos, pese a las importantes bajas de Salva Sevilla, Jorge Molina, Belenguer y otros elementos trascendentes, no alteraron su estilo de juego. Al contrario, se plantaron con una línea de cuatro atrás en la que los laterales eran eminentemente ofensivos; una pareja de medios centro compuesta por Iriney y Beñat que se debía encargar de equilibrarlo todo, dos hombres de banda con más calidad que velocidad; Emana con la misión de unirlo todo con su potencia; y Rubén Castro arriba con su astucia para cazar las que llegaran.

Es un Betis valiente, por tanto, ya que el rival tal vez invitara a poblarle más el camino de piernas e impedirle las conexiones con los mencionados Jonathan Viera y Vitolo, pero Mel piensa más en los suyos que en los contrarios y eso, en principio, es una filosofía de partida. El Betis salió, pues, dispuesto a afrontar el cuerpo a cuerpo con Las Palmas y comenzó a sufrir el acoso del equipo canario, pero eso no lo arrugó y las dos primeras oportunidades de gol no pudieron ser más claras para los forasteros. Tanto Caffa como Miguel Lopes debieron adelantar a los suyos, pero ambos se toparon con Barbosa si bien todo debe quedar a medias entre el acierto del guardameta o los errores de quienes debían haber puesto el 0-1 en el marcador.

Lo cierto es que nadie daba allí un paso atrás y tampoco lo iba a hacer Las Palmas a pesar de los sustos que había recibido no más comenzar. Y bastó con que Emana cometiera un gran error, el primero de los que protagonizó durante toda la tarde, para que Jonathan Viera destapara el tarro de las esencias, utilizara a Guayre como puente y pusiera por debajo al Betis en el tanteo. Más dificultades si cabe, sobre todo porque el litigio entró en una fase demasiada abierta, con clarísimas oportunidades de gol para el propio Viera, también para Caffa, otra vez en solitario, y hasta para que el árbitro Lesma López demostrara su valentía al anularle un gol a Vitolo de manera tan justa como digna de ser elogiada.

Así se llegaría al intermedio para que Mel pudiera comenzar a recomponer las piezas y a tomar decisiones que fueron mejorando sucesivamente a su equipo. Ya había suplido antes Miki Roqué a Roversio por algún problema físico del brasileño y la segunda permuta, Ezequiel por Momo, no podía tener un premio más temprano. Un par de minutos y el menudo extremo ya había llevado la primera igualada al electrónico.

El Betis ya había dado un paso adelante y controlaba el juego, ya que cortocircuitó las conexiones entre David González y sus hombres de ataque. Entonces iba a cometer Emana su segundo gran error al autoexpulsarse a pesar de las advertencias de Lesma López de que cesara en sus protestas. No se puede ser menos profesional en el caso del camerunés, sobre todo porque portaba el brazalete de capitán en su brazo y eso debe significar algo para todos los futbolistas. Jamás debe ser una excusa para la protesta, ya que el árbitro lo apercibió en tres ocasiones de la posibilidad de que recibiera la segunda tarjeta antes de hartarse de la actitud de Emana.

Después de ese flaco favor a su equipo parecía que el Betis iba a tener que sufrir más de la cuenta ante un rival que había perdido fuelle, cierto, pero que seguía conservando la calidad sobre el campo. Pero Mel reaccionó con coherencia y no alteró el dibujo a pesar de tener una pieza menos en la línea de mediapuntas. Cuatro atrás, Iriney barriendo en solitario, tres más arriba tras adelantar Beñat unos metros su posición, y Rubén Castro siempre arriba por si acaso. El Betis, de esa manera, fue capaz de mantener al adversario alejado de Goitia y hasta acarició el triunfo de la única manera que podía hacerlo, a través de la estrategia a balón parado. Beñat la inició, Miki Roqué la prolongó y Rubén Castro se encargó de la ejecución.

El Betis tenía al alcance de su mano un triunfo de gran valor, y con un hombre menos por la absurda expulsión de Emana. Pero Las Palmas también se aprovechó de esos balones parados y le sacó un gran partido a uno de los pocos errores de Goitia. Empate final y el Betis, pese a todo, pese al disgusto del tanto final, tiene muchos más motivos para estar satisfecho. No va a ser fácil el estadio de Las Palmas este año y el Betis siempre dio el paso adelante hasta acariciar un triunfo que llegó a tener en sus manos.

Ficha técnica:

2. UD Las Palmas: Barbosa; Samuel, David García, Josico (Pollo, min. 64), Aythami, Guayre (Armiche, min. 75), Álvaro Cejudo, Jonathan Viera, David González, Dani Carril (Sergio Suárez, min. 84) y Vitolo.

2. Real Betis Balompié: Goitia, Dorado, Roversio (Miki Roque, min. 39), Caffa (Israel, min. 63), Iriney, Emana, Momo (Ezequiel, min. 49), Nacho, Rubén Castro, Miguel Lopes y Beñat.

Goles: 1-0, min. 24: Jonathan Viera, tras pase de Guayre; 1-1, min. 51, Ezequiel, desde la izquierda; 1-2, min. 83: Rubén Castro, tras tiro de esquina; 2-2, min. 90+2: Sergio Suárez, de falta directa.

Árbitro: Lesma López (Comité Madrileño). Expulsó a Emana por doble amariolla (min. 67). Amonestó a los locales David García, Dani Carril, Vitolo, Aythami, Sergio Suárez y Cejudo, mientras que por los visitantes vieron la amarilla Iriney, Goitia y Miki Roque.

Incidencias: Unos 25.140 espectadores acudieron hoy al Estadio de Gran Canaria. Antes del inicio entregaron al ex jugador y ex entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas, el isleño José Manuel León la insignia de oro y brillantes del club. Además se celebra el pase a la final de Las Palmas de Gran Canaria para optar a ser elegida como Ciudad Europea de la cultura 2016. También se guardó un minuto de silencio en memoria de Manuel Vallecido, primer practicante del club, recientemente fallecido.

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