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¿Era el Sevilla de Míchel?

  • El programa de Emery se viene abajo con un fútbol frágil y de mentira

El Sevilla de Unai Emery recordó por un día la versión mala del de Míchel. Quiso mandar, sacar la pelota desde atrás, sobarla y sobarla en busca de hallar el resquicio, pero sin velocidad, sin ritmo, sin chispa, sin rupturas ni desmarques que hicieran siquiera zarandearse al entramado dispuesto por Gregorio Manzano. En cambio, se mostró muy frágil en defensa, tanto a balón parado como en las numerosas transiciones que propició por su endeblez en la medular. La consecuencia no podía ser otra que una derrota que hace muchísimo daño al programa diseñado por el guipuzcoano.

Defensa

La movilidad de Giovani y el balón parado eran dos de las escasas opciones de un Mallorca agazapado. Y por ahí llegaron los dos goles que encajó Beto. El primero se produjo en una jugada extraña, ya que la falta, si existió, fue por juego peligroso, es decir, libre indirecto. El mexicano tiró a puerta y el despeje de Beto junto a la escuadra le cayó franco a Alfaro. Poco que hacer ahí. Más sufrió la zaga con los balones que quiso sacar jugados desde atrás. Botía, Medel y Kondogbia formaron varios líos ante la presión visitante, que en muy pocas ocasiones supieron salvar los medios centro. Y eso terminó condicionando el juego de ataque también, porque el Sevilla se fue encontrando más incómodo conforme pasaron los minutos.

Ni Kondogbia, ni Medel, ni posteriormente Rakitic zanjaron el juego de contraataque de un Mallorca que llenó de trampas la medular. Los contragolpes fueron continuos y Fazio tuvo que ejercer de apagafuegos más de una vez, cuando no directamente Beto.

Todo esto se puso de manifiesto en el 2-1. Rakitic va de mentira a un cruce en la medular, el Mallorca gana la pelota, apertura a Giovanni, debe salir Fazio, resbalón de Coke y lanzamiento que saca a córner Beto. Martí saca a la frontal, donde Alberto Moreno mira cómo remata cómodo Giovani y el rechace del larguero lo caza Alfaro ante el despiste de Fernando Navarro. Un desastre en cadena.

Ataque

Tocar y tocar para no llegar no es fútbol, o al menos no es fútbol de verdad. Emery había dado con la tecla dando ritmo a su equipo, con desdobles de los laterales, con apariciones por dentro de los extremos, con movilidad de Rakitic y Medel. Pero ayer al Sevilla le faltó todo esto. Manzano maniató a Jesús Navas con dos jugadores, lo que en teoría produciría desequilibrio defensivo en el rival. Pero su equipo se acomodó en dos líneas ante un Sevilla al que le faltó percutir de verdad. Careció de agresividad con el balón, un concepto que siempre repite Emery. Lo acarició como si fuera suyo y se lo quisiera llevar a casa y posibilitó que el orden local lo fuera frustrando todo. Salvo el balón filtrado de Rakitic a Negredo en el 1-1, apenas dos o tres centros que Babá se encargó de despejar él solito.

Virtudes

Quiso hasta el final.

Talón de aquiles

Recayó en el fútbol de mentira.

UNO POR UNO

 Beto Salvó algún gol más, como un cabezazo a bocajarro de Giovani.

Coke No logró desdoblar a Jesús Navas y no contuvo a su par, un dinámico Giovani.

Fazio Puso algo de orden en el desbarajuste general.

Botía Mal con el balón y perdiendo el sitio sin él.

Fernando Navarro Se durmió ante Alfaro en el 2-1, como si fuera un juvenil.

Medel Jamás rompió líneas ni sorprendió arriba y no se soltó de la presión del Mallorca.

Kondogbia Jugó con fuego más de una vez y propició muchas pérdidas. Tampoco se saltó líneas como suele.

Jesús Navas Siempre tuvo dos jugadores encima.

Rakitic Quiso sin apenas éxito. Se le debe exigir más que sacar de esquina o filtrar algún pase.

Alberto Moreno Intentó percutir y sacó algún centro. Permisivo ante Giovani en el 2-1.

Negredo Mejor cuando salió de su zona. Gol de clase.

Babá ¿Remata o despeja?

Reyes Inoperante.

Cicinho Apenas un centro.

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