El Sevilla rectifica y ficha a Silvio en el mercado de invierno
calle rioja
Icono. El antepalco del estadio Sánchez Pizjuán acoge una completa exposición de materiales sobre el rockero que ensalzó la escuela sevillana en la música y el fútbol
Con arrimo y sin arrimo. Fue el destino, seguro. El Aula de Historia del Sevilla Fútbol Club eligió para presentar la exposición sobre Silvio el día que la Iglesia consagra a san Juan de la Cruz. 14 de diciembre de 2022. Francia y Marruecos jugaban la segunda semifinal del Mundial. Los volvieron a parar en Poitiers. Francia ya jugó una semifinal del Mundial de España de 1982 en este estadio Ramón Sánchez Pizjuán. Vi el partido en el campo. Rummenigge contra Platini. Duelo espectacular. 14 de diciembre de 1591. Muere en Úbeda san Juan de la Cruz. El santo paisano de santa Teresa aparece en la autoría de 'Las Criaturas' junto a Pive Amador y Andrés Herrera El Pájaro en el disco Fantasía Occidental. Con esas fotografías de Pablo Juliá y Paco Cazalla que una pareja de graffiteros dibujaron en la esquina de Santa Ana con Jesús del Gran Poder. El Pájaro, como el periodista Jerónimo Mingorance o el escritor Julio Muñoz Gijón, le pusieron Silvio a uno de sus hijos.
Fue una noche mágica. Un dorsal de leyenda para Silvio Fernández Melgarejo. No lo fichó el Sevilla "por falta de peso", como confesaba él mismo en una entrevista que a Pive le mandaron desde las catacumbas de alguna hemeroteca. Rai Palma, que lo conoció desde su adolescencia artística, contó que duraba muy poco en los colegios, pero creía mucho en la escuela sevillana. "Cuando se fueron los tartesos, los romanos, los árabes y todos los demás nos quedamos nosotros, los sevillanos, y surgió la escuela", contaba en esa entrevista el personaje estelar de las que le hizo Jesús Quintero.
Con Pive de delantero centro y dos extremos de lujo: Raimundo Palma y Barber Silver, Curro el Barbero, el silviófilo, el enciclopedista de su amigo que se reencarnó en la voz más singular del rock andaluz y nacional aquel 16 de agosto de 1977, fecha de la muerte de Elvis Presley. Con José Castro, presidente del club, como anfitrión de noche tan musical, hizo de maestro de ceremonias El Sevilla, el cantante de Mojinos Eskozíos. Todos los Sevillas El Sevilla, jugando con ese relato de Cortázar, 'Todos los fuegos el fuego', guiño a la final del Mundial con un escritor argentino que ambientó en París algunos de sus mejores relatos.
Rock y fútbol. Para Silvio formaban un tándem inseparable. "Yo diría que lo propio del rock de Sevilla es su ritmo de regate, su dulzura siciliana", decía en esa entrevista. "Para ser músico primero hay que saber jugar al fútbol. Ese ritmo que te da el gambeteo no te lo da nadie". No era el único que lo pensaba. Rafael Sánchez Ferlosio, en su novela 'El Jarama', pone esta frase en uno de sus protagonistas: "Hay que tener las piernas de Molowny para bailar contigo".
Mucha música en el antepalco del Pizjuán. Enrique Sánchez, de los Escarabajos, que cada 8 de diciembre, aniversario del asesinato de John Lennon, homenajea al cuarteto de Liverpool. Dice Rai Palma que durante una época, antes de querer ser Adriano Celentano o Elvis Presley, Silvio quiso ser Ringo Starr. Estaba también Juan Rodríguez, conductor de Tussam y seguidor de los Rolling Stone por medio mundo. Su hermana Gloria Rodríguez firmó algunas de las más hermosas fotografías de Silvio. El día 20 inaugura exposición en la sala Atín Aya. Su amigo Atín, fotógrafo de la escuela sevillana.
Juan Castro, del aula de Historia, citó a un público muy heterogéneo. Lleno total, pese a que estaba jugando la selección de Bono y EnNesiry. Estaba Manuel García Fernández, apellidos de portero del Betis, medio siglo socio del Sevilla, cronista de Carrión, catedrático de Historia Medieval y discípulo de Manuel González Jiménez. El Sevilla es Historia. El próximo año prepara dos centenarios: el nacimiento de Juan Arza y el primer partido que jugó la selección española en Sevilla, en el estadio Reina Victoria, feudo del equipo de Nervión. Fue contra Portugal y debutaron los primeros internacionales del Sevilla, Herminio y Spencer, al que tanto citaba Silvio. Spencer se llamaba Enrique Gómez Muñoz, nació en la calle Betis, lo bautizaron en la iglesia Santa Ana y murió con 27 años, ese estigma prematuro de Berruezo y Puerta.
Por poco no se junta en el Pizjuán una nueva delantera stuka contra los prejuicios ideológicos. La banalidad y el simplismo tiende a asociar determinadas expresiones con una u otra ideología, con una u otra clase social. En la sala había un rotundo mentís a ese corsé del Sevilla como equipo de los señoritos. Entre el público, un ex edil comunista, Lolo Silva, un político socialista, Pepe Caballos, y un sevillista muy singular. Eladio García Castro fue secretario general del Partido del Trabajo de España, cabeza de lista en las elecciones de 1977 por el Frente Democrático de Izquierdas. Vivió la clandestinidad, más de un año de cárcel, pero siempre le acompañó esa alineación del Sevilla que forma parte de su educación sentimental: Busto; Guillamón, Campanal, Valero; Ramoní, Enrique; Liz, Arza, Araújo, Domenech y Pahuet. Éste último consiguió frente al Benfica el primer gol del Sevilla en una competición internacional. La delantera se habría completado si otros compromisos no les hubieran impedido estar a Antonio Rodrigo Torrijos, que tenía un acto en la Casa de las Sirenas con Mercedes de Pablos, notaria de la Eurocopa de Cortelazor, e Isidoro Moreno, blanco del Sevilla y hermano de los Negritos. En esa línea de derribar trincheras, Silvio le cantó un himno al otro equipo de la ciudad, el de la calle donde nació Spencer.
La noche fue de Silvio, el músico que nació un 8 del 8 del 45, entre las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y murió veinte días después de la caída de las Torres Gemelas. Silvio siempre se levanta. Nació en el verano que precedió a la temporada 45-46 en la que el Sevilla se trajo la Liga del campo de les Corts. Avanti con la Guaracha.
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