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Similitudes y diferencias con 2006

  • El Sevilla, que se garantiza el sexto puesto, puede quedar quinto y ganar un título como en el primer año de Juande División de opiniones al final

Como en las faenas de medio pelo, división de opiniones. Parte de la afición del Sevilla despidió con pitos a los suyos en el último partido en el Sánchez-Pizjuán antes de la final de la Liga Europa. Ésta es la exigencia del sevillismo. Pero también hubo aplausos mientras el equipo saludaba desde el centro, para recoger la merecida ovación de una temporada calificada como éxito rotundo por José Castro incluso antes de subirse al avión rumbo a Mestalla. La emoción permanece a resguardo en las cascadas gargantas de los miles de sevillistas que cantaron con rabia inusitada el histórico gol de M'Bia. Sería el calor, o la rutina del éxito. Porque eso de clasificarse para una final europea es algo ya casi habitual para este equipo que, por novena vez en los últimos 11 años, estará entre los seis primeros de la Liga.

Ya se han vertido diversas opiniones buscando paralelismos entre el año 2014 y el año 2006. Similitudes hay varias. Un equipo nuevo, un entrenador casi nuevo muy cuestionado al principio, una temprana y traumática eliminación de la Copa del Rey y la clasificación para la final de la segunda competición UEFA garantizándose repetir en la misma el siguiente curso. El Sevilla terminará la jornada trigésima sexta como quinto, gane o pierda hoy la Real Sociedad, gracias al goal average particular. A lo peor, puede caer al final hasta el sexto puesto, pero no al séptimo, que ya se aseguró el Villarreal con su empate en la muy cálida tarde sevillana.

Pero también hay muchas diferencias con aquel histórico año que culminaría el Sevilla en Eindhoven. La euforia de la afición que desató el gol de Puerta la noche del 27 de abril de 2006 no es comparable al estado actual del sevillismo. En parte por las dudas que sigue dejando a muchos el entrenador. En parte porque entonces era inimaginable llegar siquiera a una final europea. Y en parte porque el partido, aburrido y falto de tensión por el cansancio del Sevilla y por los 31 grados de temperatura a la hora de autos, significó el tercero sin ganar de un equipo con la mente en Turín. Otra diferencia: aquel zurdazo de Puerta desató al mejor Sevilla de la historia, que desde entonces ganó nada menos que seis partidos seguidos, incluida la final de Eindhoven y los dos partidos finales ante Barcelona y Madrid.

El Sevilla es el equipo español que más temprano comenzó la competición, el 1 de agosto. ¿Qué otro equipo europeo puede presumir de haber empezado tan pronto y tener aún tanto en juego como un título? Más de nueve meses se han cumplido. Si a eso se suma el calor, se comprende el bajón después de la racha histórica de 27 puntos de 30 que se rompió en Bilbao. Pero el sevillismo, exigente y apasionado, quiere nuevas sensaciones fuertes sin mirar condicionantes. Turín se las ofrecerá.

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