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Unión y fuerza, valores renovados

  • El Sevilla sumó su tercer encuentro liguero consecutivo sin encajar goles gracias a un mejorado equilibrio Bacca y Gameiro ya se compenetran

El Sevilla se presenta al tramo decisivo de la temporada con la mejor tarjeta de visita posible. Tras acumular tres choques consecutivos sin encajar goles y logrando una eficacia que parecía perdida por momentos, el conjunto de Unai Emery ha encontrado un equilibrio que no poseía en periodos ligueros anteriores, cuando algunos resultados positivos siempre se toparon con accidentes posteriores.

El espíritu de sacrificio ha tenido un rol relevante en la mejora defensiva. Desde la llegada de Beto la pasada temporada, cuando Diego López tomó su camino hasta el Real Madrid, el Sevilla no había conseguido sumar tres duelos consecutivos sin encajar goles con el luso en la portería. Esta circunstancia debe trasladarse al Sevilla de Marcelino García Toral, cuando el inicio liguero de ese final de 2011 reflejó un equipo capaz de ser más sólido en tareas defensivas sumando cuatro encuentros consecutivos sin recibir un gol en Liga (de la jornada tres a la sexta).

"Encajar siete goles es nuestro principal dolor de muelas", afirmaba Unai Emery tras recibir en octubre pasado siete tantos del Real Madrid. "Si queremos estar arriba, no podemos encajar seis goles en dos partidos", recordaba Iborra tras el reciente choque ante el Levante. La realidad era conocida y parece que el equipo encuentra ahora la fórmula para ser más fiable.

La mejora llega cuando algunos pilares del equipo se encuentran fuera y la zaga tiene sus piezas contadas por la baja inesperada de Pareja. Sin embargo, el equipo demostró ante la Real Sociedad poseer recursos para paliar carencias pasadas. Incluso con un bloque muy ofensivo sobre el césped, con jugadores como Rakitic, Carlos Fernández, Gameiro y Bacca, el Sevilla supo frenar tácticamente a un equipo ofensivo como la Real Sociedad en los últimos minutos del duelo.

Marcelino había iniciado el curso liguero 2011-2012 con la premisa de la solidez para después perderla en beneficio de un juego ofensivo que no cuajó. Emery llega ahora a la certeza de que su idea inicial de preferir crear muchas ocasiones con el problema de recibir otras tantas no es tan eficaz. Su equipo está conformado por jugadores de enorme talento en los últimos metros y la pareja formada por Bacca y Gameiro carbura ahora con más tino. En ese sentido, a este Sevilla no le hacen falta múltiples llegadas para afinar su puntería, un hecho demostrado en la cita del domingo ante la Real Sociedad, un rival directo por las posiciones europeas identificado también por su pegada.

Y Beto es el primero en verse beneficiado por esa solidez y ese carácter táctico más definido. "Son tres partidos con la portería a cero. Hemos trabajado mucho para conseguir esto", aclaraba tras el duelo del Pizjuán.

Mientras, el ataque se encarga de hacer bueno el balance general. Si ante el Rayo bastó con que Coke rematara una jugada a balón parado, en esta ocasión fue Gameiro el encargado de marcar cuando el equipo no pasaba por su mejor momento.

El club hispalense desembolsó una gran cantidad de dinero el pasado verano para tener en su plantel a dos puntas de alto nivel y éstos comienzan a justificar esa apuesta, aunque siempre sea más consistente hacerlo desde la fortaleza defensiva que permite un mayor número de puntos.

Emery mira el calendario y sueña con más. Toca alternar las visitas a Almería y Osasuna con el duelo ante el Valladolid, tres citas que sobre el papel pueden resultar propicias para mantener un nivel de solidez que no aparecía desde aquel inicio liguero fulgurante con Marcelino en el banquillo. Las premisas parecen más claras que nunca y Emery lo sabe. Sólo en tres duelos de esta Liga su equipo no supo marcar.

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