Un fracaso sin paliativos requiere un cambio radical y eso anunció José María del Nido durante su larga comparecencia para hacer balance y presentar un nuevo proyecto "a tres años". Sin embargo, y pese a atacar duramente el rendimiento de un plantilla "supravalorada", defendió en líneas generales la labor de Monchi, del que rechazó su renuncia al cargo de consejero, según explicó, así como le dio continuidad a su puesto profesional de subdirector general en materia deportiva. "Por unanimidad del consejo", aclaró. Del Nido pidió "comenzar de nuevo", volviendo a la filosofía, la humildad y el buen hacer de sus inicios, entre 2003 y 2005. "Sobre la experiencia y la capacidad demostradas".

"Hemos vuelto a suspender, sin paliativos -dijo sobre la Liga-. Hay que calificar la temporada como fracaso, el hecho de quedar novenos, pese a tener el quinto o sexto presupuesto, así lo indica", comenzó, para atacar ya directamente el rendimiento de la plantilla configurada por Monchi: "Tenemos una plantilla supravalorada por nosotros mismos, que hemos cometido el error de pagar por y a algunos de nuestros jugadores más de lo que deportivamente han demostrado en el terreno de juego. Este tipo de error no lo debemos volver a cometer".

Para ello, exhortó a abandonar la presión interna y externa sobre la base de una grandeza inexistente: "Debemos acabar ya con el Sevilla de los títulos, de esa época han salido todos los jugadores. Debemos construir nuevamente, sobre la experiencia y la capacidad demostradas, desde la humildad de 2004 y 2005, un proyecto a tres años en el que volvamos a acertar casi con plenitud en las incorporaciones", dijo en un primer mensaje a la dirección deportiva.

Del Nido se cebó con la sobrevaloración de la plantilla: "Si quitamos todas las estrellas del plantel, que cobran como estrellas y no rinden, y quedamos el noveno, no pasa nada". Por eso, el reciclaje deportivo debe ser amplio, aunque el mercado medirá su velocidad. "Renovaremos alrededor del 50% de la plantilla, a tres años el nivel de participación de escalafones inferiores sea en torno al 30% o 35% de la misma. Nosotros este año hemos tenido un presupuesto de gasto de 80 millones de euros y un presupuesto de ingresos de 55 millones, lo cual indica que hemos gastado más de lo que podemos".

Insistió mucho el dirigente en cambiar la idea de plantilla. "Si la dirección deportiva me propone algún nombre y no un hombre, no vendrá. Yo quiero hombres que rindan, 25 Martís, no, mejor 26, por si se lesiona alguno. Hay que fichar hombres, no nombres". Y explicó que ya está trazado ese estilo: "Los nombres de los hombres que van a configurar la plantilla están prácticamente definidos en su totalidad. Lo que pasa es que hay que esperar a las salidas. La obligación es encontrar acomodo a aquellos jugadores con los que no se quiere contar. Algunos representantes ya han sido llamados al club para ello".

Uno de sus objetivos es volver a ilusionar a la gente. "Que nuestros aficionados vuelvan al Sánchez-Pizjuán a mansalva; competir partido a partido y obtener la mejor clasificación posible sin la ansiedad de un objetivo que presupuestariamente no nos corresponde; volver a la humildad que nos hizo grandes". Pero... sin presión externa. "No vamos a tener ansiedad, pensaremos en Europa, pero nuestra clasificación irá peldaño a peldaño en vista del plantel que podamos hacer".

El asunto de Monchi dio para un buen debate. Del Nido desveló que puso su cargo a disposición y presentó su renuncia como consejero, tal y como había prometido, pero... "El comité ejecutivo y el consejo de administración rechazaron ambas propuestas por unanimidad. Es cierto que el acierto de las dos últimas temporadas no ha sido el adecuado, pero lo que se ha valorado ha sido el conjunto de su trabajo y el volumen de aciertos es mucho mayor que el de errores. Habría que pasearlo en parihuela por todo lo que ha conseguido. Los consejeros se llevaban las manos a la cabeza cuando Monchi quiso dimitir. 'Lo que tiene usted es que apretarse los machos y volverlo a hacer', ésa es la reflexión del consejo". Eso sí, anunció que en la próxima reunión del comité ejecutivo Monchi debe presentar una remodelación de la secretaría técnica. Se presume que rodará alguna cabeza... Además, dijo que él no pensaba dimitir. "Nos regimos por la junta general de accionistas y en mi vocabulario no está esa palabra".

Además, picó así a sus subordinados: "Me da la impresión de que en algunos departamentos se ha perdido el ansia del triunfo. Aquí todo el mundo tiene que saber que se le puede mover el sillón, que no hay nadie fijo y que todos tendrán que apretarse los machos para ser los mejores. Tienen que saber que tienen su puesto en solfa, no hay nadie fijo". Pero defendió a sus dos altos ejecutivos: Monchi y Manuel Vizcaíno.