Las acrobacias no son sólo cosa del circo

El Club Pyramidos, formado por jóvenes promesas de la gimnasia, potencia esta modalidad en Andalucía

Integrantes del Club Pyramidos realizan un número durante la Gala de Navidad celebrada el pasado 13 de diciembre.
Marta Trillo Sevilla

29 de diciembre 2015 - 05:02

Los números acrobáticos tienen su máxima representación en Le Cirque Du Soleil, pero esta modalidad de la gimnasia no sólo se practica bajo una carpa. El pasado julio nació en Sevilla el Club Pyramidos de la mano de dos entrenadores provenientes del Gimnástico Sur (reconocido como uno de los mejores clubes de la ciudad hispalense). A pesar de ser un equipo neófito, cuenta entre sus filas con campeones de España, de Andalucía y algún subcampeón mundial; y espera próximamente la visita del seleccionador nacional para reclutar a algunas de sus figuras.

Entrenan en Hytasa, en un pabellón perteneciente a la Federación Andaluza, donde comparten espacio con diversos equipos. "Es una instalación bastante buena. De las mejores de Andalucía", opina uno de los entrenadores, Ismael Moya. Allí preparan a las promesas de esta especialidad poco conocida de la gimnasia, que, sin embargo, tiene sus orígenes en la Antigua Grecia. "Es un deporte que va ganando adeptos poco a poco", explica Moya. Andalucía fue una de las pioneras. El primer club fue el Gimnástico Acróbatos de Granada, que provocó su expansión por las demás capitales andaluzas. También hay equipos en Valencia y Galicia, y en la actualidad está potenciándose en Madrid y Cataluña.

La gimnasia acrobática utiliza el cuerpo como aparato motor, de apoyo, e impulsor de otros cuerpos, por ello se suele desarrollar en parejas mixtas, tríos femeninos o cuartetos masculinos. El equilibrio y los saltos constituyen la parte principal del ejercicio, formando un conjunto armonioso, junto a otros elementos como la flexibilidad y la danza. Están los estáticos, que consisten en aguantar una postura durante cierto tiempo, y los dinámicos. "Los jueces puntúan al niño desde que entra en el suelo hasta que sale de él. Valoran, entre otras cosas, la dificultad del número, la sincronización entre los gimnastas y la coreografía", señala el técnico del Pyramidos.

En este deporte los niños son captados de las escuelas desde pequeños y deben realizar un año de iniciación para poder acceder a la competición. "La gimnasia acrobática se divide en portadores y ágiles. Los portadores, o bases, suelen ser los más mayores, que tienen la fuerza suficiente para levantar y lanzar a los ágiles, más pequeños y ligeros, encargados de realizar las acrobacias", argumenta Ismael.

A pesar de su juventud, los chicos del Pyramidos entrenan seis días a la semana durante tres horas, divididas en calentamiento y físico, técnica (coreografía y acrobacias), separando a los más jóvenes de los veteranos, para luego juntos practicar los números, y después estirar bien. Como en la natación, las lesiones que más sufren son de hombros, por los levantamientos, pero esto no les evita poder entrenar. "No se debe parar nunca", argumenta el técnico sevillano. También hay que vigilarse la alimentación, "aunque sin obsesionarse", porque el sobrepeso puede perjudicar las articulaciones.

Es por esta exigencia que el club hispalense tiene grandes posibilidades de competir en el próximo Campeonato del Mundo de Pekín. "El problema de este deporte es que se compite poco", lamenta Moya. Las competiciones se desarrollan de marzo a junio, y esto puede provocar pérdida de motivación por parte de los niños. Por ello, sus entrenadores organizan competiciones internas a las que acuden los padres. "De esta forma los mantenemos despiertos", comenta Ismael.

Pero no todo es competir, y los responsables del club saben que vivir de este deporte es muy difícil. "Recibimos las subvenciones del IMD, y también deberíamos recibirlas de la Junta de Andalucía, pero están paralizadas desde hace tiempo. Principalmente este deporte lo pagan los padres", explica el técnico. Por ello, se exige a los gimnastas que lleven al día sus estudios. Muchas veces estudian en el mismo pabellón, y suelen ayudarse entre ellos, porque lo que perjudica a uno afecta a todos los demás. "Si un niño suspende repetidamente, no entrena", avisa Moya.

Para llegar lejos en la gimnasia hace falta constancia, pero también capacidad de sacrificio, como el que hacen las familias para que sus hijos disfruten su pasión. "Al no contar con muchas subvenciones, cuesta casi 1.000 euros practicar este deporte". El club facilita descuentos, pero se debe hacer una importante inversión, además de pasar noches en vela cosiendo una a una las lentejuelas del maillot.

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